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Maná, cerveza y autenticidad

Tras sus dos fechas en el Staples Center y el papel estelar que tuvo en la jornada inaugural del primer Rock In Rio USA -fue en las Vegas, pero muchos residentes de Los Ángeles acudieron-, se podía decir que Maná ya había cumplido con sus fans de esta parte del mundo en el 2015. Por eso, antes de asistir a este evento, pensábamos que el concierto privado y con invitación de la noche de ayer en el Mayan de L.A., organizado directamente por una firma cervecera mexicana que busca imponerse en el mercado local, iba a ser un trámite apurado y sencillo.

Pero nos equivocamos, porque luego de una breve introducción a cargo de Fidel Vargas, presidente del Hispanic Scholarship Fund, quien agradeció los aportes monetarios de la Cerveza Montejo para sus importantes causas educativas, la banda tapatía salió al escenario para demostrar ante la numerosa concurrencia que la cosa iba en serio. Y es que, a pesar de las limitaciones de espacio -si se lo compara con los lugares donde suele presentarse el grupo-, el nivel de producción fue el mismo que se podría esperar en un estadio, con un sonido claro y poderoso, un sistema de luces impresionante y una pantalla gigantes con imágenes de video particularmente creativas. Además, los músicos -el cantante Fher Olvera, el baterista Álex González, el guitarrista Sergio Vallín, el bajista Juan Calleros y tres instrumentistas de apoyo- se mantuvieron en la tarima por cerca de una hora y media.

A esas alturas de la noche -eran las 9 y 30-, los asistentes, que habían llegado hasta tres horas antes en algunos casos, ya estaban obviamente motivados por el consumo de las cervezas y las ‘micheladas’ que circularon sin descanso en el recinto desde la apertura misma, realizada en el estacionamiento adyacente, donde se ofrecieron también tacos de manera gratuita. Pero la calidad de lo que Maná ofreció no requería de alcohol para hacerse evidente, probando con ello que se trata de una agrupación absolutamente profesional y vigente.

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Lo que la bebida sí pudo hacer es vencer la resistencia de quienes estuvieran allí por motivos distintos de la vida y no fueran admiradores del grupo, ya que si bien este tiene recursos y letras que se pueden sentir muy cursis en completo estado de sobriedad, dejarse llevar sin reparos por unas canciones sentimentales que han formado parte del crecimiento de cualquier latino que no haya nacido ayer requiere a veces de cierta ayuda externa.

No todo fue nostalgia, claro, porque el show no dejó nunca de lado la promoción del más reciente álbum de Maná, “Cama Incendiada”; de hecho, lo primero que se escuchó fue “La prisión”, un corte de la misma placa que posee ciertas referencias andinas, y no faltó tampoco la interpretación de “Mi verdad”, el primer sencillo a dúo con Shakira, mientras la pantalla mostraba imágenes de la colombiana para generar una impresión interactiva.

Pero, como era de esperarse, el entusiasmo mayor se dio con las canciones más populares de la carrera del grupo, empezando por “Corazón espinado”, que se escuchó temprano en el repertorio, bajo el influjo de un fondo de video profundamente rojo. Más tarde llegó la infaltable balada “Mariposa traicionera”, con sus conocidas inflexiones rancheras y unas plácidas representaciones visuales de estos insectos; y más adelante, ya sin la ayuda de la pantalla, se sucedieron “Vivir sin aire” (iniciada por la armónica en manos del cantante Fher), “Clavado en un bar” (que le dio pie a una grata sección de reggae) y “Oye mi amor” (donde se activó de nuevo el video para mostrar un ‘collage’ de imágenes proporcionadas por los fans).

El final se produjo con “Rayando el sol”, una composición que es recordada con especial afecto por el redactor de esta nota, y que llegó de la mano de un astro rey digital y deslumbrante que se proyectaba tras la batería del siempre efectivo González, quien tuvo no sólo su propio momento de lucimiento momentos antes al encargarse de la voz en “Me vale”, sino que aprovechó además la oportunidad para dedicarle el tema a una de sus hijas, que cumplía ese mismo día 13 años, y que observó todo con una enorme sonrisa en el rostro mientras era escoltada hasta el área correspondiente a la consola de sonido.

Maná no ha sido nunca un grupo abiertamente político ni contestatario, y sus detractores pueden decir incluso que su propuesta es demasiado complaciente; pero, en los últimos tiempos, algunos de sus integrantes han ofrecido declaraciones bastante elocuentes sobre asuntos de esta índole, como ocurrió hace unos días cuando Fher señaló que “el pueblo mexicano está harto” del gobierno de Enrique Peña Nieto.

En la tarima del Mayan, el vocalista -que luce todavía muy bien a los 55 años de edad- no se refirió nunca directamente a los gobernantes de su país, pero sí tuvo palabras indirectas para cierto político republicano que sigue ascendiendo en las encuestas. “Que chin.. a su madre el que nos critique”, exclamó a la mitad del concierto. “Estamos recuperando esta tierra que nos habían robado, pero con trabajo y con amor”. Y eso podría merecer un brindis adicional... cuando se pase la ‘cruda’.

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