Un año después de la masacre de Parkland, estos dos padres están divididos por las armas, pero unidos por el dolor
Andrew Pollack acababa de instalarse en una silla plegable en un campamento a la sombra de las palmas, cuando se escucharon disparos desde un polÃgono cercano. Él no se inmutó.
Pasó un año desde que su hija Meadow, de 18 años, fue asesinada a tiros junto con otras 16 personas en la escuela Marjory Stoneman Douglas High School, en Parkland, Florida.
“No pienso demasiado en las armasâ€, afirmó Pollack, cuya hija recibió impactos de nueve balas. “Es demasiado fácil decir que es el arma. Si fuera el arma, dirÃa que fue la pistola. Pero cuando indagas en eso... hubo tantas fallasâ€.
Fred Guttenberg también perdió a una hija en la masacre: Jaime, de 14 años de edad, quien recibió un disparo en la espalda mientras corrÃa hacia la entrada de una escalera en el tercer piso. Guttenberg se impuso como misión destruir a la Asociación Nacional del Rifle (NRA) y presionar por la reforma de armas.
“El problema es que puedes ir a cualquier escuela en EE.UU. hoy y un asesino puede ingresar si realmente quiere, o puede esperar afueraâ€, expuso. “Si alguien quiere matar a un niño de la escuela, puede hacerlo. Por eso me enfoco en las armasâ€.
La masacre en Parkland, el 14 de febrero del 2018, fue uno de los tiroteos escolares más mortÃferos en la historia de Estados Unidos y generó el movimiento de estudiantes March for Our Lives (Marcha por nuestras vidas), a favor del control de armas. Pero un año después, hay poco consenso entre los padres que perdieron a sus hijos sobre cómo prevenir una próxima masacre escolar.
Estos dos padres, Pollack y Guttenberg —ambos nativos de Long Island, Nueva York, recién entrados en sus años 50, ambos comprometidos con responsabilizar a los funcionarios por los asesinatos y hacer que las escuelas sean más seguras—, tienen creencias muy diferentes sobre lo que se debe hacer.
Un conservador imperturbable
Después de la masacre, Pollack estaba furioso al ver la cobertura de noticias de televisión. Este rotundo conservador, que votó por Donald Trump en 2016, se enfureció por el enfoque de los medios sobre el control de armas.
¿Cómo, querÃa saber, el pistolero habÃa entrado en la escuela? ¿Por qué nadie lo habÃa vigilado? ¿Dónde estaba el oficial de la escuela?
“De solo verlo, sabÃa que habÃa más en la historiaâ€, afirmó Pollack, quien posee y administra propiedades de alquiler. “Me pregunt ¿por qué todos se enfocan en el control de armas cuando sé que hubo varias fallas?â€
Una semana después del tiroteo, conoció a Trump.
“Estoy enojadoâ€, gritó en una sesión de escucha en la Casa Blanca. “No se trata de leyes de armas en este momento. Esa es otra pelea, otra batalla. Vamos a arreglar las escuelas primero, y luego ustedes pueden lucharâ€.
Sin embargo, Pollack desempeñó un papel clave en persuadir a los legisladores de Florida para que aprueben un proyecto de ley de seguridad escolar que aumentó la edad mÃnima para comprar un arma de fuego de 18 a 21 años, instituyó un perÃodo de espera de tres dÃas para la mayorÃa de las compras de armas y prohibió la venta o posesión de dispositivos conocidos como aceleradores de disparos, o bump stocks.
“En la vida, tienes que dar para recibirâ€, expresó, y señaló que el proyecto de ley también fortaleció las escuelas, impulsó los servicios de salud mental y exigió que las escuelas cuenten con un equipo de evaluación de amenazas. También estableció un programa “guardián†polémico para permitir que algunos empleados escolares lleven armas de fuego a los campus después de 132 horas de entrenamiento.
Pollack está furioso por los activistas estudiantiles que adhieren al control de armas. “Acaban de hacerse famosos por la muerte de estos chicosâ€, afirmó. “Su plan era hacerse famosos y vomitar más formas de liberalismo sin mirar los hechosâ€.
Su creencia de que el control de armas era una polÃtica equivocada solo se hizo más fuerte a medida que surgÃan los detalles sobre cómo el tirador logró ingresar a la escuela.
Un monitor de seguridad desarmado vio por primera vez al asesino, un exalumno de 19 años llamado Nikolas Cruz, ingresar al campus con una bolsa de lona, pero no se enfrentó a él ni emitió una alerta de “Código rojoâ€, que habrÃa provocado un bloqueo en el campus.
Otro monitor de seguridad se escondió en el armario de un conserje. El único oficial policial armado en el campus informó sobre los disparos desde el interior del edificio 1200, pero se quedó afuera y se cubrió detrás de una columna.
Los agentes del orden no ingresaron hasta 11 minutos después de que Cruz disparara por primera vez. “¡Once minutos!â€, exclamó Pollack. “Es por eso que no culpo a las armas. En ese momento, el asesino podrÃa haber tenido cualquier tipo de arma allÃ: ¡un hacha, un cuchillo, un rifle!â€
Dos dÃas después del tiroteo, el FBI anunció que no habÃa actuado ante una pista del 5 de enero, que indicaba que Cruz tenÃa armas y habÃa demostrado “deseo de matar personas, comportamientos erráticos y publicaciones perturbadoras en las redes socialesâ€.
Un panel estatal encargado de investigar la masacre publicó un informe de 439 páginas, en enero de 2019, que descubrió que Cruz habÃa mostrado problemas de conducta desde una edad temprana y que se habÃan perdido numerosas oportunidades para brindarle ayuda.
A los tres años, se le pidió su retiro de un programa de preescolar por patear y morder a otros niños. En la escuela media, era tan ingobernable que el personal debÃa acompañarlo a través del campus. En la preparatoria, usaba insultos raciales, dibujó una esvástica en su mochila, llevó una ardilla muerta en su almuerzo, hablaba de beber gasolina y amenazaba con disparar a la escuela.
Cruz fue tratado por depresión y trastorno por déficit de atención, pero el panel estatal señaló que nunca se le diagnosticó una “enfermedad mental grave†ni se lo internó en un centro psiquiátrico.
No tenÃa antecedentes penales, a pesar de que los oficiales del sheriff fueron convocados a su casa 21 veces para atender las quejas sobre él. Al parecer, le disparaba a las gallinas de un vecino con una pistola de perdigones, habÃa publicado fotos en lÃnea posando con una pistola e hizo amenazas online acerca del tiroteo en la escuela.
“¿Con quién deberÃa enfadarme primero?â€, preguntó Pollack, quien coescribió el libro “Why Meadow Died: The People and Policies That Created Parkland’s Shooter and Endanger America’s Students†(Por qué murió Meadow: las personas y las polÃticas que crearon al tirador de Parkland y pusieron en peligro a los estudiantes de Estados Unidos).
Pollack cree que una “cultura de indulgencia†ha invadido el distrito escolar del condado de Broward al menos desde 2013, cuando se instituyó un programa que desalienta las suspensiones, expulsiones y arrestos, y prioriza el asesoramiento, la resolución de conflictos y la tutorÃa para los estudiantes que cometen ciertas infracciones no violentas en la escuela.
Como resultado, comentó, a los alumnos se les permite salirse con la suya con comportamientos perturbadores e incluso criminales.
En última instancia, Pollack quiere mejorar la seguridad en las escuelas haciendo que todos pasen a través de una única entrada segura, con detectores de metales. También desea que las escuelas mejoren la capacitación de seguridad para el personal, y la salud mental. “PodrÃamos superar los cien ‘Qué ocurrirÃa si…’â€, dijo. “Todo debÃa funcionar perfectamente y todos tuvieron que ser incompetentes para que mi hija fuera asesinadaâ€.
En apoyo del control de armas
Guttenberg también se sintió furioso con las noticias iniciales sobre la masacre.
A este demócrata registrado, que no posee un arma, le costaba comprender por qué Trump y otros polÃticos hablaban de mejorar la seguridad en las escuelas y reforzar el tratamiento de salud mental sin abordar un hecho clave: el asesino tenÃa acceso a un arma rápida. “¡En realidad no pudieron ni siquiera usar la palabra arma!â€, recuerda.
En una vigilia, la noche después del tiroteo, Guttenberg agitó los puños. “Yo... no sé lo que haré a continuaciónâ€, dijo. “Mi esposa está en casa. Estamos destrozados. Pero puedo afirmar: ¡No me digan que no existe la violencia con armas de fuego!â€
Una semana más tarde, en una reunión de CNN, el expropietario de la franquicia de Dunkin ’Donuts confrontó al senador estadounidense Marco Rubio. “Usted y yo ahora estamos al mismo nivelâ€, le dijo Guttenberg. “¡MÃreme y dÃgame que las armas fueron el factor en la cacerÃa de nuestros niños en esta escuela esta semana! ¡MÃreme y dÃgame que trabajará con nosotros para hacer algo con las armas!â€
Guttenberg no descarta los errores cometidos por los funcionarios locales y federales. Estaba escogiendo un ataúd para Jaime cuando un agente del FBI lo llamó para notificarle que la agencia no habÃa actuado ante una pista recibida sobre Cruz. Además de las querellas que presentó contra las compañÃas que fabricaron el rifle de Cruz, estilo AR-15, y se lo vendieron, Guttenberg también está demandando al FBI por negligencia.
“Cualquiera que haya tenido participación en el hecho de que yo ya no pueda ver bailar a mi hija, que no pueda enseñarle a conducir, que no pueda verla crecer junto con su hermano, deberÃa considerarse querelladoâ€, afirmó.
Guttenberg también apoya la mayorÃa de los esfuerzos de Pollack para hacer que las escuelas sean más seguras. Sin embargo, piensa que tiene más sentido para Estados Unidos regular el acceso a las armas que fortalecer cada escuela, templo, iglesia, centro comercial y parque. “Pronto tendremos que tener guardias armados en cada esquinaâ€, dijo.
No está de acuerdo con la idea propagada por algunos, de que el resultado en Parkland hubiera sido el mismo sin importar el arma empleada. “Con cualquier otro tipo de arma, este tipo ni siquiera llega a la mitad del primer pisoâ€, expuso Guttenberg. “Es un argumento sin sentido, el argumento del lobby de las armas, y lo rechazo por completoâ€.
Lo que él quiere es reforzar las leyes sobre armas de fuego en todo el paÃs: elevar la edad mÃnima para comprarlas a 21, agregar un perÃodo de espera antes de la venta, exigir verificaciones de antecedentes para armas y municiones, y bloquear las ventas de tambores de municiones de alta capacidad y aceleradores de disparos.
Aunque también le gustarÃa restringir el acceso a las armas semiautomáticas, reconoce la realidad polÃtica de que solo alrededor del 40% de los estadounidenses apoya que sea ilegal fabricarlas, venderlas o poseerlas. “Hay otras formas de garantizar la seguridad con las armas y reunir a las personas respecto del temaâ€, afirmó Guttenberg. “Cuando se habla de prohibición, la gente corre para todos ladosâ€.
Un dolor compartido e interminable
A medida que se acerca el aniversario de la masacre, Pollack no tiene interés en recordarlo. “Todos los dÃas son el 14 de febrero para mÃâ€, expresó.
Él y su esposa, Julie, vendieron su extensa casa de cinco habitaciones con la intención de acelerar los planes de jubilarse fuera de Florida, en un lugar más rural y más conservador. Pero permanecen allà por ahora, viviendo en su pequeña caravana mientras Pollack continúa con su trabajo para hacer que las escuelas sean más seguras.
Sin afeitar, llevaba pantalones deportivos y una chaqueta Carhartt con una insignia dorada de un ángel debajo de la solapa, en memoria de Meadow.
Ya no hace ejercicio en el gimnasio ni juega al lacrosse. Rara vez sonrÃe; no reza como solÃa hacerlo.
“Soy un muerto que caminaâ€, dice rotundamente. “Me siento mal por mi esposa, porque ella incluso tiene que estar conmigo... Está en desventajaâ€.
Guttenberg también se siente quebrado. Pero le da crédito a la comunidad de Parkland por ayudarlo a sentirse un poco menos mal.
Aún asÃ, duele ver a los amigos de Jaime crecer y convertirse en estudiantes de segundo año. Mientras otros padres planeaban cumpleaños de Dulces Dieciséis, él y su esposa, Jennifer, planeaban develar la lápida de Jaime. “La gente nos dice que le demos tiempoâ€, contó. “Cuanto más pasa, en realidad se vuelve más difÃcilâ€.
Ahora se dedica exclusivamente a su trabajo para modificar las leyes de armas. Eventualmente, Guttenberg planea mudarse también, a algún lugar donde pueda ir al supermercado local sin pasar por el estudio donde Jaime aprendÃa a bailar. “No nos iremos demasiado lejosâ€, dijo con suavidad, como reconfortándose. “Mi hija está enterrada aquÃâ€.
Para leer esta nota en inglés, haga clic aquÃ.
SuscrÃbase al Kiosco Digital
Encuentre noticias sobre su comunidad, entretenimiento, eventos locales y todo lo que desea saber del mundo del deporte y de sus equipos preferidos.
Ocasionalmente, puede recibir contenido promocional del Los Angeles Times en Español.