Biden's first 100 days: Progressive goals, reassuring manner - Los Angeles Times
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En sus primeros 100 días, el ‘tío Joe’ Biden combina objetivos progresistas con una actitud tranquilizadora

President Biden speaks during a meeting in the Oval Office.
El actual presidente habla en la Oficina Oval, este mes. El busto de Robert F. Kennedy es una de las varias piezas de arte que eligió para simbolizar las influencias que dieron forma a sus puntos de vista.
( Andrew Harnik / Associated Press)
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Durante la campaña de 2020, los encuestadores de ambos partidos señalaron que Joe Biden era bien conocido, pero a la vez no del todo: los votantes lo conocían como exvicepresidente y senador hacía mucho tiempo, pero solo tenían una idea aproximada de qué cuestiones eran clave para él.

A medida que su presidencia se acerca a los cien días, esos espacios en blanco se están llenando. La imagen resultante es una que la mayoría de los observadores no esperaba, basándose en el historial de cuatro décadas de Biden en la política, en gran parte centrista.

“Un par de meses antes de las elecciones… ¿pensaba que sería un presidente transformador? Me habría reído de esa ideaâ€, afirmó el estratega demócrata Cornell Belcher.

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“Me habría equivocadoâ€.

Biden ha gobernado en estos primeros meses como un progresista, significativamente a la izquierda de sus tres predecesores demócratas en la cuestión del papel del gobierno en la sociedad. Con propuestas como la ampliación de la ayuda a las familias para reducir la pobreza infantil casi a la mitad, una fuerte reducción de las emisiones estadounidenses de gases que provocan el calentamiento climático y un aumento importante en el gasto en programas nacionales, ha ido mucho más allá de lo respaldado por las administraciones demócratas anteriores.

“El gobierno está haciendo algo por la gente... Esa idea estaba deshabilitadaâ€, señaló el historiador de Princeton Sean Wilentz. “Él está tratando de imponerla una vez másâ€.

Los republicanos han acusado a Biden de ser un populista. “Prometió trabajar con los republicanos en el Congreso. Pero hasta ahora, esas palabras han sido promesas completamente vacíasâ€, expresó el miércoles el representante Mike Johnson, de Louisiana, vicepresidente de la conferencia republicana en la Cámara de Representantes, dando inicio a una serie de discursos del GOP criticando a la administración.

Pese a su frustración expresada públicamente, los republicanos han tenido poco éxito con esa línea de ataque. En cambio, ganaron más tracción centrándose en la problemática gestión por parte de la administración de un aumento de migrantes, en su mayoría jóvenes, que intentan cruzar la frontera suroeste.

El activismo de Biden supone una apuesta estratégica que invierte una idea que ha guiado a los dos últimos presidentes demócratas. Tanto el presidente Obama como Clinton eran muy conscientes del riesgo de extralimitarse, alienando a los centristas al impulsar planes que se consideraban excesivos. Biden ha adoptado el punto de vista opuesto: que los tiempos difíciles han hecho que los votantes estén más abiertos a un gobierno activista.

“Creo que el pueblo estadounidense busca ahora mismo ayuda en su gobiernoâ€, dijo Biden en un discurso en la Casa Blanca un par de semanas después de la toma de posesión. “Tal y como yo lo veo, el mayor riesgo no es ir demasiado lejos... es si hacemos demasiado pocoâ€.

Esto marcó la pauta de las primeras decisiones clave, especialmente la negativa de Biden a reducir su paquete de ayuda COVID-19 de 1.9 billones de dólares cuando un grupo de republicanos centristas ofreció una contrapropuesta aproximadamente un tercio menor.

Esa decisión no solo fue importante en cuanto al fondo, sino que “envió una señal†para futuras batallas legislativas, dijo Adam Green, del Comité de Campaña para el Cambio Progresista.

Puede que los votantes no esperaran un programa tan activista, pero hasta ahora les gusta lo que ven: Aproximadamente dos tercios de los estadounidenses, incluido un tercio de los republicanos, aprueban el paquete de ayuda, según muestran las últimas encuestas.

La pandemia parece haber hecho que muchos votantes apoyen más la acción del gobierno, dicen los estrategas demócratas. Biden es un “demócrata que cree en el arte de lo posible, y lo posible habría sido mucho menor en tiempos normalesâ€, manifestó Green.

Pero Biden también tiene la capacidad de exponer ideas progresistas de forma que los votantes centristas no se sientan amenazados, dijo Belcher.

“No se puede subestimar lo cómodo que es el ‘tío Joe’ para mucha gente. Le dan el beneficio de la duda a un hombre mayor y blancoâ€, dijo.

Incluso cuando Biden ha impulsado la política activista, logró bajar la temperatura de los debates políticos de Washington. Esa menor intensidad partidista lo ayudó, afirman estrategas de ambos partidos. Pero podría crear un problema en el futuro, privando al mandatario del ferviente apoyo que puede sostener a un presidente en los malos tiempos.

“El presidente Biden obtiene buenos índices de audiencia, en parte porque está haciendo exactamente lo que dijo que haría cuando se postulóâ€, dijo la encuestadora demócrata Anna Greenberg: “Vacunar a la gente, ampliar las medidas de alivio por COVID, mejorar la economíaâ€.

“Hasta cierto punto, ha dejado que el trabajo sea su mensaje. El único peligro con ese enfoque es que tal vez no forje un vínculo profundo con el votante que lo ayudaría en tiempos más difícilesâ€, destacó.

Por otra parte, la identidad en sí del presidente plantea un desafío. “Biden no personifica al Partido Demócrataâ€, dijo Julia Azari, profesora de ciencias políticas de la Universidad Marquette de Milwaukee. “Los hombres blancos de edad avanzada - en las cifras, al menos - son una parte muy escasa de la coalición demócrataâ€.

Obama, como primer presidente negro, encarnó el cambio de una manera que atrajo a los votantes demócratas hacia él, dijo Azari. Biden tiene que consolidar su lealtad con lo que puede ofrecer.

Ha “hecho que la política vuelva a ser transaccionalâ€, dijo.

El presidente se ha ocupado cuidadosamente de ello, destacando públicamente la diversidad de sus nombramientos para cargos federales y haciendo hincapié en la equidad racial y étnica en la aplicación de las vacunas COVID-19.

Pero su capacidad para cumplir las principales prioridades demócratas más allá de sus planes de gasto sigue siendo una incógnita. Biden no ha dejado claro cuánta energía dedicará a las medidas sobre inmigración, derecho al voto, regulación de las armas y cambios en la actuación policial.

“Lo que más nos interesa a todos son los próximos 100 díasâ€, dijo Frank Sharry, director ejecutivo de America’s Voice, un grupo que defiende los derechos de los inmigrantes.

“Tienen que decidir si realmente van a luchar†por la legalización, dijo Sharry.

La Cámara de Representantes ha aprobado dos proyectos de ley que, en conjunto, legalizarían a unos 4.5 millones de los 11 millones de personas que se calcula que viven en Estados Unidos sin autorización. Conseguir que esos proyectos, o cualquier otra medida de legalización más amplia, se aprueben en el Senado requeriría, casi con toda seguridad, eludir las normas del Senado que exigen que la mayoría de las leyes obtengan 60 votos para ser aprobadas.

“¿Gastarán capital político? No lo sé. Y sospecho que ellos tampoco lo sabenâ€, consideró Sharry.

Del mismo modo, aunque Green elogió los logros de Biden, añadió con toda claridad que las propuestas del presidente para contrarrestar el calentamiento global están muy lejos de lo que prometió durante su campaña.

Hasta ahora, Biden ha mantenido sus opciones abiertas, ciñéndose a unos pocos temas centrales -principalmente la pandemia y la recuperación económica- con una disciplina que contrasta con su imagen de larga data como charlatán y propenso a las meteduras de pata.

“Como todos ustedes han observado, los presidentes que han tenido éxito, mejor que yo, lo han tenido en gran parte porque saben cronometrar lo que están haciendo. Ordenar, decidir y priorizar lo que hay que hacerâ€, dijo en una conferencia de prensa a finales de marzo que dejó entrever cómo ve su trabajo.

La primera de esas prioridades ha sido la pandemia, el área en la que puede reclamar su mayor éxito. Más de la mitad de la población adulta se ha vacunado al menos una vez, y el número de muertes se ha reducido drásticamente, pasando de un pico de aproximadamente 3.500 al día en la semana anterior a su toma de posesión a una media de menos de 700 al día.

Ese logro ayudó a revitalizar la economía y reavivó un cierto optimismo. La proporción de estadounidenses que dicen que el país va por buen camino aumentó a niveles no vistos en una década.

Eso, a su vez, ha ayudado a mantener unido al partido demócrata.

“El éxito engendra éxitoâ€, remarcó Lanae Erickson, de la centrista organización demócrata Third Way. Los demócratas de todas las facciones ideológicas están “extremadamente motivados†para que Biden tenga éxito porque saben que su propia supervivencia política depende de él, comentó.

En lugar de luchas internas demócratas, es la oposición la que permanece dividida.

“Está gobernando de una manera muy liberalâ€, pero “se ha beneficiado de un gran vacío de liderazgo en el partido republicanoâ€, consideró el estratega republicano Alex Conant, acerca de Biden. “Vemos que los republicanos pasan mucho tiempo atacándose entre ellos, no a la administraciónâ€.

Con la exitosa campaña de vacunación y la aprobación de su paquete de ayuda, Biden ha logrado cambiar las expectativas de los votantes moldeadas por una década de estancamiento político en Washington, comentó el estratega demócrata Joe Trippi.

Tras la caótica presidencia de Donald Trump, Biden se enfrentó a una situación similar a la que tuvo que afrontar Jerry Brown cuando siguió a Arnold Schwarzenegger en la gobernación de California, dijo Trippi, que trabajó como asesor principal de la campaña de Brown en 2010.

Los votantes tenían expectativas bastante bajas en ambos casos: simplemente querían un nivel básico de competencia y experiencia. Brown solía decir de los californianos en 2010: “Querían a alguien que bajara la temperatura y supiera cómo encender las luces†de la asamblea estatal, recordó Trippi. De manera similar, en 2020, muchos votantes se habrían sentido felices con cualquier presidente que no fuera Trump.

Brown superó rápidamente ese umbral de expectativas, y Biden ha hecho lo mismo, dijo Trippi: “En las dos cosas que más importan a los votantes ahora mismo -la vacuna y poner en marcha la economía- ha sido eficazâ€.

Los partidarios de Biden dicen que esa imagen de competencia es un atributo clave a los ojos de los votantes.

“La competencia es su punto de venta más fuerteâ€, dijo Steve Schale, que dirige el principal super PAC pro-Biden, Unite the Country.

Aproximadamente 50 días después de iniciado el mandato actual, el grupo encuestó a cerca de 5.000 votantes en 10 estados indecisos. Los votantes “apreciaron el hecho de que estuviera haciendo el trabajo que había prometido que haríaâ€, dijo Schale.

Esa es una de las grandes razones por las que los continuos problemas en la frontera representan un inconveniente para Biden. Las imágenes de adolescentes hacinados en los calabozos de la Patrulla Fronteriza no solo reavivan la preocupación del público por la inmigración ilegal -un tema en el que los republicanos han tenido tradicionalmente una ventaja-, sino que las escenas caóticas tienen el potencial de socavar el objetivo de la administración de una ejecución estable y poco dramática.

El problema de la frontera es también un recordatorio de la facilidad con que los acontecimientos externos pueden hacer descarrilar la agenda de un presidente.

La gran pregunta que se hacen los votantes es: “¿Ha conseguido hacer algo?â€, dijo Trippi. Un presidente solo tiene un tiempo limitado para responder esa pregunta.

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