Biden advierte que ‘estamos en una carrera de vida o muerte’ con el COVID-19
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WASHINGTON — El presidente Biden imploró a los estadounidenses que mantengan las precauciones y amplió los esfuerzos federales para vacunar al país, ya que las señales de un posible nuevo aumento de los casos de coronavirus hicieron temer una cuarta ola mortal de infecciones y muertes.
El presidente anunció el lunes que en tres semanas, para el 19 de abril, su administración duplicará con creces el número de farmacias donde la gente puede vacunarse. También dijo que el 90% de los adultos estadounidenses podrán recibir la vacuna en ese momento, y el 10% final después del 1 de mayo.
El calendario más rápido y la ampliación de la red de centros de inoculación representan un esfuerzo por dejar atrás el coronavirus, ya que los estados están empezando a relajar las restricciones y la gente está ansiosa por volver a la vida normal. Las nuevas infecciones, las hospitalizaciones y las muertes van en aumento, impulsadas por la relajación de los comportamientos y las variantes contagiosas del virus.
“La guerra contra el COVID-19 está lejos de ser ganada”, advirtió Biden en el complejo de la Casa Blanca. “Esto es mortalmente serio”.
“Estamos en una carrera de vida o muerte con un virus que se está extendiendo rápidamente”, añadió, y “estamos renunciando a los logros que tanto nos ha costado conseguir”. Biden instó a los estados a dejar de flexibilizar las restricciones a las reuniones públicas y amonestó a la gente por el “comportamiento imprudente”.
Habló poco después de una reunión informativa en la Casa Blanca en la que Rochelle Walensky, directora de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, dijo a los periodistas que tenía una sensación de “fatalidad inminente”.
Se le quebró la voz al hablar sobre el tratamiento de pacientes moribundos y ver la morgue móvil adicional estacionada fuera del hospital donde había trabajado anteriormente en Massachusetts.
“Tenemos tanto que esperar, hay muchas promesas y tantas razones para la esperanza”, dijo. “Pero ahora mismo, tengo miedo”.
Durante semanas, los funcionarios de salud pública han estado advirtiendo al país de que se mantuviera en guardia, especialmente porque el número de casos dejó de disminuir tras el pico de infecciones del invierno. Ahora las cifras vuelven a aumentar, y Walensky reconoció que los estadounidenses están cansados del aislamiento provocado por las restricciones contra el coronavirus más de un año después de que la enfermedad fuera declarada pandemia. Pero abogó por que la gente siga usando mascarillas y mantenga la distancia entre sí.
“Les pido que aguanten un poco más, que se vacunen cuando puedan, para que todas esas personas a las que todos queremos sigan estando ahí cuando termine esta pandemia”, manifestó.
Walensky dijo que se reuniría con los gobernadores este martes para instarles a que mantengan las restricciones, ya que el gobierno federal tiene herramientas limitadas para asegurar el cumplimiento, especialmente en los estados grandes, dirigidos por los republicanos, donde las limitaciones son políticamente impopulares. Texas ya ha puesto fin a su mandato estatal de uso de mascarillas y Florida ha acogido una afluencia de turistas para las vacaciones de primavera.
Algunos estados del noreste y el medio oeste se enfrentan a problemas mayores. Nueva Jersey, Nueva York y Michigan son algunos de los que más rápido están aumentando el número de casos.
“Si nos abrimos completamente ahora, es prematuro dado el nivel de infección”, dijo el Dr. Anthony Fauci, el principal experto del gobierno federal en enfermedades infecciosas. Aprovechó la sesión informativa del lunes para mostrar radiografías de pulmones con el fin de recordar el daño que podría causar el COVID-19.
Los ingresos hospitalarios han aumentado hasta un promedio de 4.816 al día durante la última semana, frente a los 4.621 de la semana anterior. Las muertes por COVID-19 también van en alza, con una media de 968 personas fallecidas diariamente durante la última semana, frente a las 944 de los siete días anteriores. El país se acerca a un promedio de 60.000 nuevos casos diarios.
“La línea de base de la que partimos es muy mala”, dijo el Dr. Eric Toner, investigador principal del Centro de Seguridad Sanitaria Johns Hopkins. “Incluso un aumento relativamente leve de este nivel es preocupante”.
La variante más contagiosa del coronavirus que se originó en Reino Unido, conocida como B.1.1.7, está empeorando la situación.
“No hay ningún otro país que yo conozca que esté viendo una actividad importante de B.1.1.7 y que se encuentre abriendo todo en lugar de cerrarlo”, dijo Michael Osterholm, director del Centro de Investigación y Política de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Minnesota. “No se podría crear una tormenta más perfecta”.
El aumento de los casos amenaza el esfuerzo de Biden por contener la pandemia, el principal reto de su presidencia. Hasta la fecha, ha podido presumir de los avances logrados gracias a la ampliación de los esfuerzos de vacunación; habiendo alcanzado su objetivo de 100 días en 58 días, acaba de duplicar su meta de inoculaciones a 200 millones de vacunas administradas para el 30 de abril.
Osterholm dijo que pasará algún tiempo antes de que se levanten las restricciones, a pesar de los avances en la vacunación.
“Todavía hay mucha gente que es vulnerable a este virus”, subrayó.
Aunque Estados Unidos ha avanzado considerablemente en la vacunación de la población adulta, los resultados son desiguales. Un nuevo análisis de los últimos datos de los CDC realizado por la Kaiser Family Foundation reveló que, por término medio, los 2.247 condados que han comunicado datos han vacunado a un promedio del 15.8% de su población y del 46.7% de sus ciudadanos mayores.
Sin embargo, dentro de esa media, los resultados de los condados varían mucho. Los condados con las tasas de vacunación más altas, la mayoría en Alaska, habían vacunado a más del 40% de su población total. En el otro extremo de la escala, algunos condados permanecen en un solo dígito.
En general, los condados con altas proporciones de personas pobres, residentes negros y latinos e individuos con condiciones médicas que los ponen en riesgo tienden a tener tasas de vacunación algo más bajas. Los condados con mayor proporción de residentes de edad avanzada y con menos pobreza tienden a tener tasas de vacunación más altas.
Dentro de California, la tasa media de vacunación más alta se registró en el rico condado de Marin, con un 25%, según los datos, mientras que las dos más bajas, los condados de Kings y Merced, se encuentran en el Valle Central.
El redactor David Lauter contribuyó a este informe.
Para leer esta nota en inglés haga clic aquí
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