Rosa Sabido ha estado recluida en una iglesia de Colorado durante más de tres años
MANCOS, Colo. — Enfrentando la deportación a México, Rosa Sabido se refugió el 2 de junio de 2017 dentro de la Iglesia Metodista Unida Mancos en un rincón profundamente conservador de Colorado.
Los partidarios realizaron vigilias después de sus primeros 100 dÃas, luego los 600 dÃas y luego los 1.000.
Aún asÃ, ella permanece ahÃ. Abandonada.
En los más de tres años que Sabido ha pasado en la iglesia, su madre murió, junto con sus cinco perros ancianos que dejó a cargo con su padrastro. Dos camiones de comida que una vez operó están inactivos detrás de su casa móvil vacÃa en la cercana localidad de Cortez.
Pasa sus dÃas escribiendo poesÃa, trabajando en su caso y caminando por los pasillos oscuros y el césped verde de la iglesia, con cuidado de nunca pisar la acera.
“Creo que a todos nos sorprende que haya estado aquà más de tres añosâ€, dijo el pastor de la iglesia, Craig Paschal. “Con suerte, no todo será en vanoâ€.
Unas 45 personas en todo el paÃs buscaron refugio en iglesias poco después de que el presidente Trump asumiera el cargo y relajó los requisitos de quiénes serÃan el objetivo de la deportación.
La administración de Obama se centró en deportar a quienes tenÃan antecedentes penales, pero Trump dejó en claro que cualquier inmigrante en el paÃs ilegalmente era vulnerable, incluso aquellos con fuertes lazos comunitarios y sin pasado criminal, como Sabido.
Algunos de los que buscaron refugio se habÃan quedado más tiempo del permitido por su visa o habÃan perdido casos de asilo. Varios tuvieron problemas con la ley, como conducir sin licencia, usar documentos falsos o, en un caso, ser acusados y luego absueltos de agresión después de una pelea a empujones en el trabajo.
La mayorÃa de los que ingresaron al ‘santuario’ permanecen allÃ, incluida una inmigrante peruana que dio a luz en la sala de recreación de una iglesia en Boulder, Colorado, el año pasado. Algunos se han marchado, otros han ganado la suspensión temporal de la deportación y otros más han regresado a sus paÃses.
Sabido, quien creció en la Ciudad de México, tenÃa 23 años cuando ingresó a Estados Unidos en 1987 con una visa de visitante para ver a su madre, Blanca, y a su padrastro Roberto, residentes legales que viven en Cortez, a unas 17 millas al oeste de Mancos.
Su madre presentó una petición para que Sabido se convirtiera en residente permanente, un proceso que lleva años. Mientras tanto, Sabido viajó entre Estados Unidos y México con una visa de visitante.
En 1998, durante el interrogatorio de los oficiales de inmigración en el aeropuerto de Phoenix, admitió trabajar como niñera en Estados Unidos y fue enviada de regreso a México.
Un mes después, se arrastró por un túnel estrecho hacia Nogales, Arizona, y se dirigió a Cortez, donde vendió comida, preparó impuestos y trabajó como secretaria en la iglesia St. Margaret Mary.
Finalmente fue arrestada por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas y ganó seis órdenes de suspensión de deportación durante un año. Se le negó el séptimo y en 2017 se le ordenó salir del paÃs.
La pequeña iglesia de adobe ofrecÃa ser un ‘santuario’. No era una garantÃa contra la deportación, pero el gobierno federal raras veces allanaba los lugares de culto.
Sabido, soltera y sin hijos, se apresuró a empacar. Se despidió con lágrimas de sus perros. Su madre angustiada le dijo que estarÃa mejor en México que prisionera en una iglesia.
Pero México ya no era su casa. HabÃa pasado más de tres décadas en Estados Unidos. Hablaba inglés con fluidez y tenÃa fe en el sistema.
Cuando entró a la iglesia, era noticia nacional. Mancos, un pueblo rural de unos 1.400 habitantes en un condado que favoreció mucho a Trump en las elecciones de 2016, parecÃa un ‘santuario’ poco probable, lo que hacÃa que la historia fuera aún más convincente.
“Al principio, la gente venÃa todos los dÃas, hora tras hora, con ganas de conocerme, de escuchar mi historiaâ€, recuerda. “Asà que tuve que contar mi historia tantas veces durante meses y meses. Los medios estuvieron aquà todo el tiempo. QuerÃan ver todo lo que hacÃa. Uno me pidió que abriera la puerta del baño para poder filmarme cepillándome los dientesâ€.
La iglesia le instaló una ducha y convirtió la guarderÃa en un dormitorio.
Sabido pronto se vio inundada por seguidores que la incluyeron en yoga, cÃrculos de tambores, canto, sesiones de cocina y manualidades.
“Estás rodeado de extraños, pero debes establecer relaciones porque dependes de todos para todo: comida, ropaâ€, dijo. “No sientes que tienes ningún poderâ€.
El primer año, la madre de Sabido la visitaba todos los dÃas. Luego, a Blanca le diagnosticaron cáncer de mama y regresó a México para recibir tratamiento y estar más cerca de su familia extendida.
TenÃa 72 años cuando murió el 23 de julio de 2018.
“Extrañé estar con ella el último dÃa de su vida. Eso se quedará conmigo todo el tiempoâ€, dijo Sabido. “QuerÃa cuidar de ella y no pudeâ€.
A pesar de todo, un pequeño ejército de seguidores ha insistido en su caso. Le pidieron al congresista local Scott Tipton, un republicano que representa al distrito, que patrocinara un proyecto de ley privado para legalizar el estatus de Sabido.
Los proyectos de ley privados, que a menudo se utilizan cuando se agotan otros recursos, aún deben aprobarse en la Cámara, el Senado, y ser firmados por el presidente. Tipton visitó a Sabido pero se negó a presentar un proyecto de ley. Recientemente perdió una primaria ante un candidato que afirmó que no era lo suficientemente pro-Trump.
La oficina de Tipton no respondió a las solicitudes de comentarios.
El senador demócrata de Colorado, Michael Bennet, también visitó a Sabido. Pero todo lo que podÃa ofrecer era la esperanza de que Trump perdiera en noviembre y una nueva administración se ocuparÃa de su caso.
Sabido todavÃa tiene un fuerte apoyo en Mancos y Cortez. Cuando un oficial de policÃa local entró a la iglesia un dÃa, los feligreses temieron lo peor. Se acercó a Sabido, le entregó su tarjeta y le dijo que la llamara si necesitaba algo.
“Incluso las personas que son antiinmigrantes dicen que se le deberÃa permitir quedarseâ€, dijo Katie Wall, propietaria de Zuma Natural Foods en Mancos.
La pandemia de COVID-19 ha aumentado el aislamiento de Sabido, pero también le ha dado tiempo para reflexionar. Detuvo todas las actividades y la mayorÃa de las interacciones en persona.
“Nunca fui paciente, pero he aprendido a tener paciencia. He aprendido a estar conmigo mismaâ€, dijo. “Puedo ver todos los colores, formas y texturas de mi vida que no se ven a menos que te veas obligada a hacerloâ€.
Se ha convertido en una abierta defensora de la reforma migratoria. Su historia ha sido difundida a nivel nacional en las redes sociales y el sitio web rosabelongshere.org.
Cada semana participa en una reunión de Zoom con algunos de los aproximadamente 40 inmigrantes que se encuentran en un santuario.
En una llamada reciente, se unieron seis de las iglesias de todo el paÃs.
“Para mà es como una prisión, la única diferencia es que no estamos con otras personasâ€, dijo Juana Ortega, de 48 años, de Guatemala, quien se encuentra en un santuario en Carolina del Norte luego de que le negaran el asilo.
“Uno de los mayores cambios para mà fue desarrollar diabetes e hipertensión en el santuarioâ€, dijo Alirio Gamez, de 44 años, de El Salvador, quien se refugió en una iglesia de Texas cuando su solicitud de asilo fue rechazada. “El médico dijo que podrÃa haber sido por el estrés y la preocupaciónâ€.
“No sé si podré seguir mucho más tiempoâ€, dijo Alex GarcÃa, de 39 años, de Honduras, quien ha estado en un santuario durante tres años en Missouri para evitar la deportación por estar en el paÃs ilegalmente. “Si Trump gana, no creo que tengamos ninguna esperanzaâ€.
Sabido pasa gran parte de su tiempo en el jardÃn trasero de la iglesia, donde una pantalla de bambú le ofrece privacidad desde la calle.
“Me preocupa desgastarmeâ€, dijo en voz baja.
Paschal dijo que no puede imaginarse pedirle que se vaya. Trabaja al final del pasillo de donde ella duerme. Sus baños están a centÃmetros de distancia. Comparte la pequeña cocina con toda la iglesia.
“Todos han tenido que hacer sacrificiosâ€, dijo el pastor. “Lo más importante es aprender a compartir el espacio. Aprendiendo a trabajar juntos. Tenemos una iglesia muy activa y nos topamos unos con otrosâ€.
Si Trump gana la reelección, Sabido, que ahora tiene 56 años, sabe esto: “No pasaré otros cuatro años en el santuarioâ€.
Puede salir de la iglesia y desaparecer en las sombras o regresar a México sin nada.
Si pudiera irse libremente hoy, dijo, irÃa al bosque, se sentarÃa junto al rÃo y escucharÃa el viento.
“Entonces tendrÃa que enfrentar la dolorosa verdad de cómo han cambiado las cosasâ€, dijo. “Lo que he perdidoâ€.
Las lágrimas brotaron.
“Todo se ha idoâ€, expresó.
Para leer esta nota en inglés haga clic aquÃ
SuscrÃbase al Kiosco Digital
Encuentre noticias sobre su comunidad, entretenimiento, eventos locales y todo lo que desea saber del mundo del deporte y de sus equipos preferidos.
Ocasionalmente, puede recibir contenido promocional del Los Angeles Times en Español.