OPINIÓN: Las amenazas de grupos supremacistas ensombrecen la elección presidencial
Promotor y ejemplo de la realización de elecciones limpias y transparentes en todo el mundo y la transferencia pacífica del poder, la legitimidad de la elección presidencial de Estados Unidos, el 3 de noviembre, podría estar en riesgo y, como consecuencia, generar violencia electoral.
A la tensión y confrontación entre republicanos y demócratas, por abusos de poder del presidente, acusaciones de espionaje a Trump contra su antecesor Barack Obama, el ex vicepresidente Joe Biden y el anterior gabinete de seguridad; de ataques verbales y teorías de conspiración por parte de Trump, sin base ni evidencia alguna ahora sobre la ciudadanía de la senadora Kamala Harris, candidata a la vicepresidencia (como hizo con Obama) o el bloqueo al voto general por correo para contener el coronavirus, se suma nueva evidencia de posibles actos de terrorismo doméstico de grupos supremacistas blancos que ven en Trump “la última esperanza de que la población blanca mantenga la hegemonía del gobierno de Estados Unidos”.
El Sub-Comité Anti-Terrorismo de la Cámara Baja del Congreso fue advertido el 23 de julio pasado, de que “grupos extremistas de extrema derecha se preparan activamente para una guerra civil, adquiriendo armas, impartiendo entrenamiento paramilitar y actos de violencia, orientados a generar intranquilidad civil, en busca de la implementación de un estado étnico-nacionalista y fascista”, como advirtió el Southern Poverty Law Center, que monitorea a grupos de odio.
Cassie Miller analista de esa organización evalúa la amenaza de los extremistas “aceleracionistas” (que tratan de acelerar una guerra racial) y milicias, en una carta en que destaca “la retórica divisiva y polarizadora del presidente Trump y sus acciones ejecutivas, que, con frecuencia, empeora las cosas” y pide a los gobernadores, alcaldes y jefes de corporaciones policíacas “hablar contra el extremismo, que el gobierno federal ha fallado en detener”.
De acuerdo a la experta, muchos de esos grupos neonazis supremacistas y nacionalistas, son parte del movimiento “boogaloo”, que recibe su nombre de la película “Breakdancing” y que se han visto en manifestaciones de Black Lives Matter, fuertemente armados, vistiendo camisas hawaianas y equipo táctico militar, cerca de fuerzas policiacas federales que no llevan insignias.
También bajo la organización supremacista internacional “La Base” o The Base, fundada por Rinaldo Nazzaro, residente en Rusia, quien en diciembre de 1980 compró un terreno de 30 acres en Republic, estado de Washington, donde instaló un campo de entrenamiento, “Base Global LLC”, en diciembre de 2018, y otro en Delaware, donde presuntamente almacenan bombas, munición y gases letales. En esas bases esperan crear su “Estado blanco” y obtener “soberanía” del gobierno.
Los supremacistas “han participado activamente en agencias policíacas y en las fuerzas armadas, donde fueron entrenados para tener conocimiento de armas y explosivos, que les permita mayor capacidad de violencia contra la población Judía, minorías de color y liberales, que consideran como “anti-blancos”.
Cuando reportó el resultado de una investigación de terrorismo doméstico, Kevin Rowson, vocero del FBI, informó de la captura de 3 integrantes del violento grupo supremacista de La Base, cuando planeaban “operaciones” como el descarrilamiento de trenes, asesinato de personas y envenenamiento de fuentes de abastecimiento de agua, como acciones iniciales para iniciar una guerra racial.
De acuerdo con el FBI, agentes federales grabaron secretamente conversaciones de 7 supremacistas, que se preparaban para participar en una marcha supremacista en Richmond, Virginia.
En Greenbelt, Maryland, 3 de los extremistas detenidos acumulaban un arsenal y preparaban actos violentos no especificados y en los estados de Georgia, Wisconsin y New Jersey también fueron detenidos integrantes de células de esa organización, que preparaban ataques contra sinagogas, mezquitas y otros lugares de reunión.
Tres hombres más, de 22 a 25 años fueron arrestados al norte de Georgia, acusados de conspiración para asesinato de supuestos integrantes del grupo “Antifa” que el presidente Trump culpa constantemente de saqueos durante marchas de protesta por la represión policiaca.
Los hombres fueron arrestados luego que un agente encubierto del FBI se infiltró en el grupo y participó en simulacros de balaceras en las montañas de Georgia, a donde los extremistas acudieron con trajes antibalas, fuertemente armados, en preparación de lo que La Base considera, será el “colapso del gobierno de Estados Unidos y el inicio de la guerra racial”.
De acuerdo con los agentes federales, La Base, que se autodefine como “aceleracionista” que busca apresurar una guerra contra lo que denomina “el exterminio de la raza blanca”, sigue el modelo de al-Qaeda y otros grupos islámicos, que se radicalizan a través de Internet, para reclutar y planear ataques con los llamados “lobos solitarios”.
Jay Tabb, director de la Sección de Seguridad Nacional del FBI, advirtió en Washington sobre “el significativo incremento de extremismo violento por motivos raciales en Estados Unidos, así como un aumento en los movimientos extremistas de nacionalismo y supremacía blanca”.
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