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Adolescente admirable ahora tiene un auto

Juan Soberanes, de 18 años, habla tras recibir el Nissan Altima 2002 en el que se apoya frente a T.J. Crossman's Auto Repair en Vista. El adolescente recibió el auto de Crossman, a la derecha, gracias a la entrega anual de mecánicos automotrices que sortean un auto usado.

Juan Soberanes, de 18 años, habla tras recibir el Nissan Altima 2002 en el que se apoya frente a T.J. Crossman’s Auto Repair en Vista. El adolescente recibió el auto de Crossman, a la derecha, gracias a la entrega anual de mecánicos automotrices que sortean un auto usado.

(Charlie Neuman / U-T)
San Diego Union-Tribune

Para Juan Soberanes, tener un auto de manera gratuita fue un shock.

Ha trabajado muy duro, y a pesar de eso, fue elegido como Estudiante del Año de Vista High School en la primavera pasada. El recién graduado de 18 años habla tres idiomas, tiene una lista de tres páginas con logros que apenarían a algunos adultos, y tiene una buena oportunidad de lograr una entrevista en una prestigiosa academia de servicio militar.

El joven que lucha por superar la pobreza y la adversidad no sabía que uno de sus mentores adultos estaba tan impresionado con él, que lo había nominado discretamente para que recibiera el auto.

Así que Soberanes estuvo muy sorprendido cuando le entregaron —frente a una multitud de personas en días pasados en la carrera Vista Rod— las llaves del Nissan Altima 2002 completamente restaurado.

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“Realmente me sorprendió”, comentó posteriormente. “Después de todo este trabajo que he estado haciendo, estoy siendo reconocido por ello”.

Cada verano en los últimos tres años, el mecánico de Vista T.J. Crossman obtiene y repara un automóvil usado, con el único propósito de regalarlo a alguien que realmente pueda necesitarlo. Compró el Altima y las refacciones, y él mismo costeó las reparaciones. También reclutó a otros para donar en especie —incluyendo el detallado— y todavía espera que alguien ayude a cubrir un año del seguro de automóvil para Soberanes.

La entrega es parte de un pequeño programa, aunque a nivel nacional, llamado Wheels to Prosper (llantas para prosperar), donde los talleres de reparación de automóviles arreglan y donan un auto a la gente necesitada que lo merece. T.J. Crossman’s Auto Repair en Vista es el único taller en el condado de San Diego suscrito al programa.

La idea es proporcionar ayuda, no una dádiva, expresó Crossman. Este año, aproximadamente 80 personas se autonominaron o señalaron a otros para el sedán azul de cuatro puertas. Los jueces que Crossman reclutó para seleccionar al ganador recomendaron a Soberanes por su honor. Crossman echó un vistazo y rápidamente coincidió.

“Es un joven increíble y merece el mundo, en mi opinión”, dijo Crossman. “Hay lecciones que todos podemos aprender de él. Hay adultos que ni siquiera son tan trabajadores como él”.

Entre las cosas destacables de Soberanes están su GPA de 4.5 y su capacidad de hablar inglés, español y alemán, este último idioma lo seleccionó solo porque le intrigó.

Soberanes fue miembro de los equipos de atletismo y campo traviesa de su preparatoria, participó en comités asesores escolares y fue interno del representante estadounidense Darrell Issa.

También fue miembro de la Fuerza Aérea ROTC, logró ascender a nivel de coronel de cadete, además de eso sirvió como sargento de pelotón para los Jóvenes Marinos del Norte de San Diego.

Héctor Márquez, oficial ejecutivo del grupo de jóvenes Marinos, fue quien nominó a Soberanes para el auto. Dice que Soberanes es “extraordinariamente especial. Se destaca de la multitud”.

“A este chico es difícil darle elogios porque es muy modesto”, dijo Márquez. “Él piensa de esa manera porque sabe que no ha terminado. Todavía está ascendiendo”.

No siempre estuvo tan motivado. La epifanía llegó en el noveno grado, cuando un Soberanes con sobrepeso estaba holgazaneando en el sofá jugando videojuegos un día y un miembro de la familia le preguntó: “¿Qué vas a hacer con tu vida?”.

De repente vio los trabajos por los que pasan la gente a su alrededor, en su vecindario, incluso en su familia.

Soberanes tenía que moverse. Se unió al programa ROTC de su escuela. Tomó clases difíciles, empezó a hacer trabajo voluntario, se unió a los comités. Se puso metas.

“Quería algo mejor”, explicó. “Quería un cambio. Yo quería ser el cambio”.

“Para él, salir bien sin entrar en pandillas o malas calificaciones habría estado bien”, expresó Márquez, el oficial ejecutivo. “Pero este chico es mucho más que eso”.

Cuatro años más tarde y 40 libras más delgado, sigue estando orientado a metas. Sus objetivos se enumeran en una pirámide dibujada a mano en un tablero grande en su dormitorio.

El siguiente objetivo en su lista: una cita para la Academia de la Fuerza Aérea. Este año se acercó, tan cerca que los funcionarios de la academia lo seleccionaron para una beca especial para ayudar a pagar el entrenamiento en la escuela de preparación diseñada para mejorar sus posibilidades de ingresar a la academia el próximo año.

Con beca en mano, Soberanes se dirigirá a la comunidad de Crestline en San Bernardino Mountain a finales de este mes para asistir a la escuela Northwest Preparatory.

“No quiero ser promedio en lo que hago”, dijo Soberanes. “Quiero ser el mejor en ello. No me siento cómodo siendo regular. Me motiva a hacer más y ser el mejor”.

Y ahora tiene un auto confiable para ayudarlo a llegar a donde va.

Figueroa escribe para el U-T.

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