Anuncio

Donald Trump y Bernie Sanders enfrentan grandes retos: sus partidos no los quieren

Los aspirantes presidenciales demócratas y republicanos están enfrentando la fría realidad matemática y están persiguiendo delegados antes de que sean las convenciones de sus respectivos partidos a mediados de año. Incluso los punteros Hillary Clinton y Donald Trump quieren obtener amplios márgenes frente a rivales que no se dan por vencidos.

Trump todavía no alcanza los 1.237 delegados necesarios para asegurar la nominación, lo que significa que su campaña se está enfocando en una estrategia similar a la que realiza su rival Ted Cruz desde hace meses para ganar delegados.

Hasta hora, Trump suma 743 delegados, Cruz 545 y John Kasich 143. Marco Rubio, que suspendió su campaña, tiene 171.

Anuncio

“Se necesita un enfoque más tradicional y Donald Trump reconoce eso”, dijo Paul Manafort, nuevo jefe de delegados de Trump, el domingo al programa de NBC “Meet the Press”.

Aun así, el multimillonario se quejó durante la jornada que el sistema es “corrupto” y “deshonesto”, y consideró injusto que quien obtenga la mayoría de votos quizá no gane la candidatura presidencial.

“Lo que intentan hacer es subvertir al movimiento con embustes deshonestos”, declaró Trump ante una multitud de miles de personas que atestaron un hangar en un aeropuerto en Rochester, Nueva York.

“Se supone que somos una democracia”, agregó, mientras establecía un paralelismo con el precandidato demócrata Bernie Sanders, al quien también, el sistema del Partido Demócrata trata de evitar que sea el nominado, para ellos Hillary es la elegida y no importa el voto del electorado ya que los superdelegados le darán el voto a la esposa de Bill Clinton.

Si el Partido Republicano le niega la candidatura presidencial, Trump advirtió que “tendrán un gran problema, amigos, porque hay personas a las que no les gusta lo que está ocurriendo”.

Para Clinton, quien perdió las votaciones primarias de Wyoming el sábado ante Bernie Sanders, significa mantener su ventaja de delegados sin importar cuántos estados gane Sanders o el “impulso” que tenga como él mismo afirma. Para la aspirante demócrata es clave ganar en las elecciones primarias del 19 de abril en Nueva York, estado que ella representó en el Senado.

En entrevista el domingo con CNN le preguntaron si tenía preparada una estrategia en caso de que su nominación fuera impugnada en la convención demócrata y ella respondió: “No, mi intención es tener el número de delegados que se requieren para ser nominada”.

Después de las escalas que hizo en iglesias de la ciudad de Nueva York, Clinton se dirigió a Baltimore para su primer acto de campaña en Maryland, donde recibió el apoyo del popular legislador local Elijah Cummings.

Maryland, donde Clinton es la favorita, efectuará sus elecciones primarias el 26 de abril junto con Pennsylvania, Rhode Island, Delaware y Connecticut.

El equipo de campaña de Clinton, quien solo ha ganado un estado de los últimos ocho disputados con Sanders, pretende obtener grandes victorias en el noreste, en un intento para lograr lo que describió como una “ventaja absolutamente insuperable” en la contienda por los delegados. Trump comparte la misma estrategia, ya que pretende ganar todos los delegados que le sea posible en Nueva York.

Como ninguno de los favoritos de las contiendas internas tiene la consolidación suficiente para declararse ganador, sus rivales se aferran a la esperanza de ganar más elecciones primarias y cortejar a delegados para tener la probabilidad de obtener al final la candidatura presidencial de sus respectivos partidos.

En el caso de John Kasich, gobernador republicano de Ohio, se trata de ganar suficientes delegados para evitar que los demás candidatos obtengan la mayoría. Y eso significa sembrar la duda sobre las consecuencias que acarrearía al partido que Trump o Cruz ganen la candidatura presidencial.

Dijo que hay “gran preocupación” no sólo por la manera como cada uno de ellos representaría al Partido Republicano, sino por la perspectiva de una derrota general en noviembre.

“Perderíamos bancas desde el capitolio estatal hasta el palacio de justicia”, en todas las contiendas en la papeleta, declaró Kasich al programa “Face the Nation” de la CBS.

Sanders, a quien Clinton aventaja con solo dos centenares de delegados, aspira a ganar siete de las últimas contiendas. Sin embargo, su más reciente triunfo, en Wyoming, no le ayudó mucho en la cuenta de delegados. Sanders y Clinton lograron cada quien siete delegados.

En la CBS, Sanders dijo que la contienda pasa de la región sur conservadora —que “no es mi fuerte”— a estados como Nueva York, Pennsylvania y California, donde espera tener un buen desempeño.

“Nuestro plan en este preciso momento es ganar ahí”, dijo Sanders al programa “Face the Nation”. “Creo que tenemos una verdadera oportunidad de terminar con más delegados”.

Hasta la fecha, Hillary Clinton cuenta con 1.287 delegados ganados en elecciones primarias y asambleas partidistas, mientras Bernie Sanders tiene 1.037. Cuando se incluyen superdelegados —aquellos funcionarios del partido que pueden respaldar a cualquier candidato— Clinton tiene 1.756, 74% del número necesario para ganar la candidatura, y Sanders 1.068.

Al igual que el Partido Republicano a Trump, el ‘establishment’ del Partido Demócrata no quiere que gane Sanders, es por eso que está haciendo todo lo posible para que gane Clinton.

Anuncio