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Castro y Obama cambian la historia; cubanos con grandes expectativas

Unas personas caminan frente al mural de una casa decorado con las imágenes de los revolucionarios Che Guevara y Camilo Cienfuegos, en La Habana, Cuba, el sábado 19 de marzo de 2016. (Foto AP/Rebecca Blackwell)

Unas personas caminan frente al mural de una casa decorado con las imágenes de los revolucionarios Che Guevara y Camilo Cienfuegos, en La Habana, Cuba, el sábado 19 de marzo de 2016. (Foto AP/Rebecca Blackwell)

(Rebecca Blackwell / AP)

En las calles de la capital cubana, algunos todavía no se creen el milagro político: Barack Obama, Presidente de Estados Unidos, recorrerá hoy las calles de la Habana Vieja.

Otros ni siquiera acaban de asimilar que el histórico visitante haya conseguido, en sólo unos días, una pequeña remodelación de la ciudad después de pasar tantos años abandonada a su suerte.

Pero Washington y La Habana están dispuestos a cambiar su relación y, con ello, la historia del continente entero.

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La mayoría en la Isla pensaba que la confrontación contra los yanquis duraría siempre, o al menos mientras tuvieran vida los hermanos Castro.

Pero una década después de que Fidel, obligado por la enfermedad, depositara en Raúl las riendas de la Revolución, las llamadas actualizaciones del socialismo cubano dibujan unos cambios estructurales y de concepto que el líder histórico nunca quiso asumir, pero que su hermano siempre vislumbró.

“El viaje es un ajuste táctico profundo, resultado de la resistencia histórica del pueblo cubano”, asegura el historiador Elier Ramírez.

El cubano de hoy ya puede comprar teléfonos celulares, conectarse al WiFi en determinados puntos, adquirir vehículos y departamentos, hospedarse en hoteles, cultivar en tierras repartidas por el Estado y vender sus productos e incluso viajar al extranjero si tiene el dinero y consigue la visa adecuada.

Se trata de una larga lista de cambios que a los ojos del mundo son normales, pero los cubanos se pellizcan de vez en cuando para confirmar que en verdad se están produciendo.

De ahí que, más que otra cosa, los isleños esperan que la visita de Obama traiga consigo una serie de ventajas económicas.

“Mira, chico, este pequeño milagro puede ser bueno para todos nosotros”, exclama Reinaldo, vendedor ambulante en Nuevo Vedado.

“(Obama) puede traer más y mejores productos y ayudarnos a nosotros, los cuentapropistas”, añade.

Ayer, la cadena Starwood firmó el primer acuerdo hotelero estadounidense con Cuba desde 1959 para operar en La Habana.

Pero en el lado político no se esperan grandes cambios, al menos no de momento, aunque Obama se reunirá el martes con un grupo de disidentes.

“Esta visita será histórica en la medida que los ciudadanos puedan sentirse acompañados por la Administración de una de las democracias más poderosas del mundo”, explicó a REFORMA Rosa María Payá, opositora y fundadora del movimiento Cuba Decide.

“(Ojalá) sea una visita al pueblo cubano y no al régimen cubano de los generales”, agregó.

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