Jane Sanders, en una forma humilde, asegura que ‘Bernie es el mejor candidato para los hispanos’
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WASHINGTON/AP — Bernie Sanders es “el mejor candidato” presidencial para los hispanos, aseguró esta semana su esposa Jane, en la que lamentó que Hillary Clinton haya “distorsionado” sus ideas sobre los latinos y afirmó que Estados Unidos tiene que prestar más atención a Latinoamérica.
El rival de Hillary Clinton en la carrera demócrata logró un resultado mejor del esperado entre los hispanos en Nevada, y su esposa confía en que los votantes latinos apoyen a Sanders en los siguientes procesos electorales, porque “es el mejor candidato para ellos”, enfatiza.
“Él defiende un plan muy amplio de inmigración... Él es muy consciente de que aquellos que tienen retos económicos lo pasan todavía peor con la intolerancia racial”.
— JANE SANDERS, esposa del precandidato demócrata, Bernie.
Según Jane, el mensaje del senador Sanders para los hispanos “es el mismo” que para el resto de la población, pero los problemas económicos de los que habla “impactan todavía más a los latinos” y a otras minorías.
Aún así, ella niega que, al enfatizar los problemas económicos, su marido esté ignorando las brechas raciales en el país, algo de lo que suelen acusarle los defensores de Hillary Clinton.
“Él es muy consciente de que aquellos que tienen retos económicos lo pasan todavía peor con la intolerancia racial; y que incluso si están bien (financieramente), hay muchos asuntos que afectan a la gente simplemente debido a su raza”, sostuvo.
Clinton ha criticado también a Sanders por su voto en contra de la reforma migratoria en 2007, algo que su esposa justifica por unas cláusulas que creaban condiciones “cercanas a la esclavitud” para los inmigrantes temporales que llegarían al país bajo el programa de trabajadores invitados.
Jane cree que “lamentablemente”, esas críticas han perjudicado la imagen de su marido entre los latinos.
“Cuando un rival distorsiona tus ideas, es difícil” superarlo, indicó.
Su esposo ha prometido ampliar las acciones ejecutivas del presidente Barack Obama para proporcionar alivio a unos 11 millones de indocumentados que corren peligro de ser deportados, y ha prometido buscar una vía a la ciudadanía que sea accesible incluso para los inmigrantes más pobres.
Jane Sanders recordó que, cuando Bernie acababa de llegar al Congreso en la década de 1990, ambos viajaron a México y les impresionaron las duras condiciones de trabajo en una maquiladora.
“La gente trabajaba por un sueldo ridículo, creo que eran unos 25 centavos la hora, y vivían literalmente en cajas de cartón, sin acceso a agua limpia”, explicó.
Otro episodio que marcó a su esposo fue una visita a Florida donde pudo ver cómo “trabajadores mayoritariamente hispanos cultivaban tomates para empresas como McDonald’s y Burger King” en “condiciones cercanas a la esclavitud”.
“Él luchó por ellos, denunció lo que estaban haciendo esas grandes corporaciones y logró avances en sus salarios y sus condiciones de vida”, aseguró Jane.
La esposa de Sanders consideró “especialmente preocupante que algunos en el partido republicano no duden en decir cosas intolerantes y terribles sobre grupos étnicos enteros”.
Lamentó, en particular, que esos políticos traten de “convertirlo en algo aceptable, incorporarlo al imaginario del pueblo estadounidense, como si fuera una forma aceptable de hablar de seres humanos”.
El equivalente de Jane en la campaña de Hillary es el expresidente Bill Clinton, pero ella ve una gran diferencia entre ambos.
“Yo miro las cosas desde la perspectiva de cómo afectan a la gente, y creo que él las mira desde la perspectiva de cómo afectan a las corporaciones de Estados Unidos”, opinó Sanders.
Jane insiste en que no es ingenuo tratar de impulsar una “revolución política” en la que el pueblo exija una red social más fuerte, en un país que “cada vez se acerca más a una oligarquía”.
“Si Bernie resulta elegido, será para transformar Estados Unidos, el modo habitual de hacer política. No va ser lo mismo, el poder va a estar más en manos de la gente, de las comunidades”, subrayó.
La aspirante a primera dama, de 65 años, acompaña a su marido allá donde va y se ha convertido en una asesora fundamental en la campaña, con la tarea de humanizar a un candidato al que no le gusta hablar demasiado de sus logros personales ni de su vida privada.
“Intento que la gente se haga una idea de cómo es personalmente, porque él no suele hacerlo. No cree que sea relevante”, explicó.
Es ella la que se encarga de contar, por ejemplo, que Bernie sabe algo de español, “aunque no lo habla bien”, y que ha estado estudiándolo durante varios años “cuando tenía tiempo”.
“Cuando vamos a países (de Latinoamérica) intenta hablarlo y escuchar a la gente. Y lo consigue, probablemente no podría dar un gran discurso, pero puede hablar con la gente en las calles”, dijo.
Bernie y Jane han viajado juntos a Cuba, Bolivia, Perú, Chile y México, y él ha visitado además por su cuenta Argentina y Nicaragua.
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