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Presidente Obama apoya proyecto para reducir la sentencia de condenados por drogas

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El Gobierno del presidente Barack Obama apoyó ayer un nuevo proyecto legislativo para reducir el tiempo que tienen que cumplir en prisión las personas condenadas por delitos de drogas, entre las que se encuentra en mayor proporción miembros de las minorías latina y afroamericana.

“Creo que es un buen paso para restaurar el equilibrio” en las cárceles, consideró Sally Quillian Yates, la “número dos” del Departamento de Justicia, que compareció ayer ante el comité judicial del Senado para expresar su visión sobre un nuevo proyecto legislativo, impulsado por demócratas y republicanos.

El nuevo proyecto, presentado este mes, pretende acabar con las altas tasas de encarcelamiento del país, cuya población carcelaria ha pasado de 500.000 a 2,2 millones desde que en 1980 el Congreso aprobara una reforma para que los condenados por delitos de drogas tuvieran que cumplir un tiempo mínimo en prisión.

“Sin lugar a dudas, los que violan la ley deben de rendir cuentas y hay delincuentes tan peligrosos que deberían de estar en la cárcel por un tiempo muy largo. Pero tenemos que asegurarnos de que existe un sentido de proporcionalidad. El castigo debe ser proporcional al delito”, afirmó Quillian Yates.

De aprobarse la nueva ley, los jueces federales tendrían la capacidad de otorgar a los acusados penas menores a las establecidas por la ley actual de condenas mínimas para delitos no violentos de drogas, que actualmente permite imponer 16 años de prisión a alguien sin antecedentes.

Ese es el caso de Debi Campbell, una mujer originaria de Long Beach (California), presente ayer en la audiencia y que, en 1994, recibió una condena de 19 años -luego se redujo a 16- por vender metanfetaminas, droga a la que tanto ella como su marido eran adictos.

Actualmente, aquellos que cometen tres crímenes de drogas no violentos son sentenciados a cadena perpetua, pero la nueva ley quiere acabar con eso e implantar una condena de 25 años, en vez de un castigo de por vida.

En el Congreso se están gestando también otras leyes para reformar el sistema penal, aunque el que se discute en el Senado está considerado como el más completo y el que tiene más posibilidades de ser aprobado por el apoyo de senadores de peso, como el republicano Charles Grassley y el demócrata Patrick Leahy.

En julio pasado, Obama se convirtió en el primer presidente de Estados Unidos que visita durante su mandato una prisión federal al recorrer la cárcel de El Reno (este de Oklahoma) y reunirse con seis presos encarcelados por delitos relacionados con las drogas.

El mandatario retomó este fin de semana su campaña en favor de una reforma del sistema de justicia criminal, y adelantó que en las próximas semanas viajará por el país para destacar algunos de los esfuerzos que se están haciendo para cambiar el sistema penal.

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