EEUU da tremenda paliza a Cuba y espera a Japón o México en la final del Clásico Mundial

El equipo de EE.UU. está a una victoria de proclamarse campeón del Clásico Mundial de Béisbol por segunda vez consecutiva. El domingo por la noche en Miami, EE.UU. se impuso a Cuba por un contundente 14-2 para asegurarse un puesto en el partido por el campeonato el martes. EE.UU. se enfrentará al ganador del partido del lunes por la noche entre Japón y México. Cuba ha sido eliminada.

El domingo por la noche, el equipo de Estados Unidos se esforzó en la parte alta de la primera entrada contra Cuba, sin saber si el abridor Adam Wainwright aguantaría a los peloteros cubanos. Las cosas cambiaron en la segunda mitad, cuando el actual Jugador Más Valioso de la Liga Nacional, Paul Goldschmidt, derribó la casa con un batazo.

El cuadrangular de Goldschmidt fue sólo el comienzo, el punto culminante de la explosión ofensiva de la selección de las barras y estrellas, que superó a un cansado equipo cubano.

Estados Unidos es el tercer equipo que aparece en partidos de campeonato del CMB consecutivos, uniéndose a Japón (2006 y 2009) y Puerto Rico (2013 y 2017). Buscarán unirse a los equipos de Japón de 2006 y 2009 como los únicos campeones consecutivos en la historia del CMB. Antes de ganar el CMB de 2017, Estados Unidos no pasó de la segunda ronda en los CMB de 2006, 2009 y 2013.

Miami es el hogar de la mayor población cubana de Estados Unidos y hubo protestas condenando la dictadura de la isla fuera del estadio. Tres aficionados entraron en el campo durante el partido con pancartas y banderas.

En el partido de semifinales del domingo, el campocorto de los Filis de Filadelfia, Trea Turner, lanzó brutalmente una larga bomba que viajó 428 pies para ampliar la ventaja de EE.UU. a 3-1 en la parte inferior de la segunda entrada.

Al parecer, Turner golpeó la pelota con tanta fuerza que sus guantes de bateo decidieron retirarse de inmediato, según Jon Morosi de MLB Network.

“Trea Turner acaba de tirar uno de sus guantes de bateo en un cubo de basura del banquillo. La ferocidad de su último batazo de jonrón aparentemente rompió el material. Aún así, me quedé atónito. Pensaba que los peloteros eran supersticiosos”.