Columna: Bienvenido, Clayton Kershaw. Los Dodgers necesitaban que su jugador más querido ganara en grande
Los mejores días de Clayton Kershaw como jugador quedaron atrás, pero no hay nadie en el roster de los Dodgers que lo eclipse entre los aficionados.
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Cuando Los Ángeles vio por última vez a Clayton Kershaw, se estaba arrastrando lentamente fuera del montículo de lanzamiento en una hosca noche de viernes en octubre.
Era sólo la segunda entrada. Sus hombros estaban caídos. Su codo izquierdo lastimado. Su temporada había terminado. Su carrera en los Dodgers parecía haber terminado.
Los observadores, convencidos de esta finalidad, observaron siniestramente que, en lugar de ejecutar el tradicional traspaso al mánager Dave Roberts, Kershaw se quedó con la pelota para sí mismo.
Todo esto hace que sea muy bueno que, en un glorioso viernes, cinco meses después, haya decidido traerla de vuelta.
Suspiro. Uf. Sí. Kershaw sigue siendo un Dodger, el futuro agente libre del Salón de la Fama evitando el romance de los Rangers de Texas, su ciudad natal, para regresar a Chavez Ravine por un acuerdo de un año por valor de 17 millones de dólares más incentivos.
Está de vuelta, por una 15ª temporada, manteniendo viva una carrera tipo Kobe-Bryant que podría mantenerlo como Dodger de por vida.
Vuelve, a sus 34 años, por un año que podría ser el último, este contrato que posiblemente termine en una estatua.
Ha vuelto, ese raro atleta de Los Ángeles que ha permanecido durante toda una memorable carrera, de joven as a perdedor de playoffs a campeón de las Series Mundiales a veterano maltrecho pero querido.
No ha vuelto como salvador. Ni siquiera ha vuelto como un titular de los dos primeros sitios. Vuelve con la incertidumbre del codo, un cuerpo envejecido y un recorte salarial de 14 millones de dólares.
Kershaw no sumará a su récord de nueve salidas en el día de la inauguración - esa antorcha ha sido pasada a Walker Buehler - y podría comenzar la temporada en la lista de lesionados mientras aún se recupera de la importante lesión en el codo del pasado octubre.
Pero, por suerte, está de vuelta, y ¿adivinen quién será el que reciba las mayores ovaciones cuando su equipo haga su primera aparición en el Dodger Stadium?
Clayton Kershaw es más querido que cualquier jugador actual, y su regreso fue vital para la conexión del equipo con la comunidad, y valdrá los 17 millones de dólares sólo en sentimiento y simbolismo.
Pero no se equivoquen. Esto fue más que un posible contrato de retiro de Kershaw. Esto fue más que un potencial regalo de despedida. La oficina principal de los Dodgers no derrama lágrimas, sino que hace números, y Kershaw no derrama lágrimas, sino que lanza bolas curvas, y, en este caso, el resultado final es mucho más audaz que el titular.
Con una plantilla de lanzadores titulares debilitada por las suspensiones y las deserciones, los Dodgers necesitan a Kershaw.
Con un futuro incierto por la edad y las lesiones, Kershaw necesita a los Dodgers.
Los Dodgers tienen básicamente dos titulares de campeonato probados en Buehler y Julio Urías. Perdieron a Max Scherzer que se fue a los Mets de Nueva York. Siguen perdiendo a Trevor Bauer por las sanciones de violencia doméstica del béisbol, ya que fue colocado en al menos otra semana de licencia administrativa el viernes y probablemente será finalmente suspendido o cortado.
Necesitan brazos veteranos, particularmente en el mes de octubre, y si nada más, si puede mantenerse saludable durante lo que seguramente será una temporada regular protegida, Kershaw les dará eso.
“No es sólo lo que ha significado en el pasado, es también lo que creemos que hará por nuestras probabilidades de campeonato en el 22”, dijo el jefe de béisbol de los Dodgers, Andrew Friedman, a los periodistas este invierno.
En cuanto a Kershaw, debido a que todavía se está recuperando de la lesión en el codo, este acuerdo le permite rehabilitarse en un entorno cómodo y sin presión, al tiempo que le da la oportunidad de demostrar su capacidad de recuperación para futuros pretendientes.
El año pasado tuvo su ERA más alto fue de (3,55) desde su temporada de novato, mientras que hizo sólo 22 salidas en un verano asolado por las lesiones. Si finalmente quiere volver a su ciudad natal, los Rangers de Texas, con una base sólida, una buena temporada aquí le permitiría hacerlo.
El acuerdo de un año da a ambas partes una sacudida necesaria, incluso si Kershaw es el cuarto titular que no sube al montículo hasta mayo, especialmente si pasa la temporada básicamente preparándose para los playoffs.
Por supuesto, quién sabe, en un escenario perfecto, podría conducir a esa estancia de por vida con un equipo. Entre los lanzadores del Salón de la Fama de los Dodgers, su retiro aquí lo pondría para siempre en la compañía de Sandy Koufax y Don Drysdale, su número 22 tiene un significado especial mientras brilla desde la pared del Dodger Stadium.
Y, por último, después de años de preocuparse por sus problemas en la postemporada, los aficionados de los Dodgers parecen querer que Kershaw vuelva.
Lo han abucheado. Lo han cuestionado. Pero, finalmente, parece que la mayoría está convencida de él. Ha ganado una Serie Mundial. Les ha dado un icono consistente.
Después de abandonar el montículo antes de tiempo y lesionado en aquella lejana noche de octubre contra los Cerveceros de Milwaukee, Roberts se preocupó abiertamente de que todos lo vieran por última vez con el uniforme de los Dodgers.
“Fue difícil, fue su última salida en casa, simplemente no sabes lo que el futuro va a dictar, así que quería que fuera especial para él y su familia”, dijo Roberts en ese momento. “No terminó como esperábamos”.
Resulta que no ha terminado en absoluto.
Los Dodgers han conservado su pilar. Clayton Kershaw está de vuelta”, dijo Ferrer.
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