Gracias al baile, Eswinn encontró un propósito que lo llevó a un año inolvidable con los Rams

Desde que Eswinn Díaz estaba en la primaria tuvo un fuerte interés en el baile, gozaba al participar en shows de talentos en la escuela y sentía una atracción muy grande por el escenario. En la preparatoria Eswinn comenzó a tomar el baile con mayor seriedad al asistir a clases de baile y a prepararse, aunque reconoció que en ese entonces le faltaba algo.

“Sabía que no quería ir al colegio, quería bailar, pero tampoco tenía un modelo a seguir”, señaló Díaz, actual porrista de los Rams de Los Ángeles, campeón de la NFL.

Era un joven solo y sin mucho rumbo en la vida. En un momento pensó en quitarse la vida porque no encontraba un propósito.

“Estaba solo todo el tiempo, me sentía perdido”, declaró Eswinn, quien sufrió de mucho bullying desde primaria hasta la preparatoria.

“Me hacían bullying y mi mamá también se estaba divorciando, no tenía con quién hablar. Estaba muy tenso todo el tiempo. No sabía con quién hablar. Fue un momento muy difícil”, aceptó el joven mexicoamericano.

Entonces un día vio una presentación de Justin Beiber en los Video Music Awards y se dio cuenta que quería ser cómo uno de los bailarines del famoso cantante juvenil. También vio un documental sobre Jennifer López, y le interesó mucho cómo la artista de origen boricua trabajó desde abajo y bailó hasta llegar a ser una cantante y actriz famosa. Eswinn se inspiró mucho en cómo López dormía hasta en estudios de baile, con tal de lograr su sueño.

Otro instrumento que ayudó mucho a Eswinn fue el asistir al programa After-School All-Stars (ASAS), el cual le ayudó a fomentar esa pasión que tenía por el baile y a refugiarse del bullying en la escuela, así como a participar en varias competencias por todo el estado.

Después de salir de la preparatoria, Eswinn comenzó a acudir a audiciones y en una de ellas, en las que participaron más de 600 aspirantes, obtuvo su primer trabajo como bailador profesional con Disney. En esa compañía, Eswinn ha trabajado en shows populares como “A Christmas Fantasy”, “Mickey’s Halloween parade” y “Fantasmic”, entre otros. También trabajó bailando en Knott’s Berry Farm y como maestro en el Downey Dance Center.

Hace dos años, Eswinn decidió hacer algo diferente y audicionar para un equipo de futbol americano profesional. Tal como lo hizo en el pasado, Eswinn volvió a impresionar y se convirtió en uno de los cinco integrantes hombres del equipo de porristas de los Rams y el primer latino el año pasado.

El grupo de porristas de los Rams hizo historia hace tres años cuando tuvieron dos bailarines hombres durante el SuperBowl que los Rams perdieron en Atlanta ante los Patriots. Este año, el equipo angelino tuvo en el SuperBowl a los capitanes Quinton Peron y Napoleon Jinnies, así como a Eswinn, Brendan Ryan y José Capetillo.

La recién terminada temporada de la NFL fue una campaña histórica para los Rams pues fue la primera en la que jugaron con gente en su estadio, ya que el año pasado los encuentros fueron a puertas cerradas debido a la pandemia. Eswinn, al igual que el resto del equipo de los Rams y sus aficionados, vivieron una campaña de ensueño al ganar el SuperBowl ante los Belgals de Cincinnati, otra experiencia inolvidable para el joven mexicoamericano.

“Nunca me imaginé que iba a ser un porrista, mucho menos un porrista de los Rams y estar en el SuperBowl, en mi ciudad natal”, expresó Eswinn, cuyos sueños ahora son inmensos gracias al baile.

“Trabaja duro y nunca te des por vencido”, es lo que se dice a si mismo muchas veces, y lo que le recomendaría a aquellos muchachos que quieran adoptar el baile como una profesión.

Sandra Díaz (centro), madre de Eswinn, apoyando a su hijo, junto a su familia en el desfile en el Coliseo de Los Ángeles.

(Eduard Cauich/Los Angeles Times en Español)

El mes pasado, durante el desfile para celebrar el campeonato de los Rams a las afueras del Coliseo, su mamá Sandra Díaz, su novio y familiares fueron a apoyar a Eswinn, portando los colores azul real y oro de los Rams, así como una pancarta que decía “Go, Eswinn (Vamos Eswinn)”.

“Siempre desde que estuvo chico ha podido conquistar todo lo que se propone, estoy muy orgullosa, de ser su mamá”, declaró Sandra. “Con mucho esfuerzo ha llegado donde está él. Es único”.

“Mi mamá nunca me ha dicho que no puedo hacer algo”, indicó Eswinn destacando que su madre trabajó muchas horas para proveer todo lo que él necesitaba, incluyendo sus trajes para bailar.

“Yo sé que lo está haciendo poco a poco, pero cada sueño lo está haciendo realidad”, expresó Sandra, entre un mar de gente que iba a apoyar a sus atletas, y ella a su mayor orgullo.