EE.UU. recibe a México en un frío estadio de la MLS de Cincinnati, donde limitó la venta de boletos a los grupos de fanáticos de USMNT para reforzar su ventaja en el campo local.
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CINCINNATI — Oswaldo Sánchez jugó 15 años para la selección mexicana, haciendo 99 apariciones en la portería y participando en tres Copas del Mundo. Sin embargo, dos de los partidos más complicados que jugó durante ese tiempo fueron los de la fase de clasificación en Estados Unidos.
“Estados Unidos aprovecha muy bien sus sedes”, dijo. “Normalmente te llevan a jugar a lugares muy fríos, lugares donde llueve. Esas condiciones no existen en México”.
Ese será el caso de nuevo hoy viernes, cuando Estados Unidos reciba a México en un partido de clasificación para el Mundial en Cincinnati, donde el pronóstico anuncia una sensación térmica de 39 grados y una probabilidad de lluvia en el momento del saque inicial. Y el tiempo no será el único factor que favorezca a los estadounidenses. México, que suele atraer a un gran número de apasionados seguidores en Estados Unidos, se enfrentará también a un público hostil.
“No habrá muchos mexicanos”, señaló el centrocampista mexicano Jonathan dos Santos. “Las gradas van a estar llenas de estadounidenses”.
Desde 2011, México ha jugado 97 partidos en Estados Unidos, casi el triple de los que ha jugado en México y casi tantos como los que ha disputado aquí la selección de EE.UU. La mayoría de esos partidos fueron organizados por la CONCACAF o por Soccer United Marketing, con sede en Nueva York, y se jugaron en imponentes estadios de la NFL ante multitudes pro-mexicanas de hasta 93.000 personas.
The young U.S. men’s national soccer team showed poise under pressure to earn a Nations League victory over rival Mexico.
Compárese con el partido de hoy viernes, el sexto clasificatorio consecutivo que Estados Unidos juega con México en el estado de Ohio. Organizado por U.S. Soccer, el partido se disputará en un estadio de la MLS con capacidad para 26.000 espectadores, ante aficionados que tenían prioridad para conseguir entradas como miembros del programa Insiders de U.S. Soccer o de grupos de aficionados afiliados.
“Cuando jugamos contra Estados Unidos en la Copa Oro o en partidos amistosos, sentimos que estamos en casa”, indicó Dos Santos, el capitán del Galaxy que participó en cuatro de los seis primeros partidos de clasificación de México este año, pero no fue convocado para el partido del viernes. “Es muy diferente a jugar las eliminatorias”.
México (4-0-2) llega al partido con una ventaja de tres puntos sobre Estados Unidos (3-1-2) en la tabla de clasificación de la CONCACAF, pero los estadounidenses pueden ponerse por delante a mitad del torneo de 14 partidos si ganan por dos o más goles.
Además, EE.UU. es un equipo muy diferente en casa. Tras vencer a México dos veces en su territorio el verano pasado, en la final de la Nations League en Denver y en la final de la Copa Oro en Las Vegas, Estados Unidos tiene un balance de 5-5-2 contra México en casa desde 2011. Solo ha perdido un partido de clasificación aquí desde 1972.
En 27 partidos en México, Estados Unidos solo ha ganado una vez, y nunca en una eliminatoria.
Mismo equipo, mismos jugadores, resultados muy diferentes. En el futbol, al igual que en el sector inmobiliario, todo es cuestión de ubicación, ubicación, ubicación.
“En Estados Unidos aprovechan las condiciones que solo ellos tienen”, comentó Sánchez, analista de fútbol para TUDN que cubrirá el partido desde un estudio en Ciudad de México. “Nunca he visto a Estados Unidos jugar un [partido de clasificación] en Los Ángeles, en Houston, en Chicago. ¿Por qué?
“Porque hay muchos mexicanos. Porque el clima es más parecido al de México”.
Otra razón por la que Estados Unidos es más competitivo en las eliminatorias en casa es porque sus jugadores están mejorando, dijo Carlos Hermosillo, quien jugó en dos Mundiales con México y anotó en una eliminatoria de 1997 en Foxborough, Massachusetts, que terminó en empate.
“La ventaja la hacen sus jugadores, deportistas jóvenes con muy buena calidad que casi todos juegan en Europa”, señaló Hermosillo, quien está cubriendo el torneo clasificatorio para Telemundo. “El fútbol que practican me gusta mucho. Muy físico pero muy técnico. Futbolistas como [Christian] Pulisic, que saben jugar el balón, le complican las cosas a México”.
Es probable que Pulisic solo haga una aparición desde el banquillo - si es que juega – el viernes. Desde que se lesionó un tobillo durante un partido de clasificación en septiembre en Honduras, Pulisic solamente ha jugado 23 minutos con el Chelsea, el club al que pertenece. En su ausencia, el adolescente Ricardo Pepi, con doble nacionalidad, que eligió jugar con Estados Unidos antes que con México ha dado un paso adelante.
El partido de hoy será el primero que dispute contra la patria de sus padres en la máxima categoría y ha dicho que es un encuentro que le hace mucha ilusión.
“No es solo jugar por los tres puntos. Este es un partido de clasificación para el Mundial y, obviamente, estamos en casa”, indicó. “En otros partidos, suele ser una mayoría de aficionados mexicanos. Va a ser importante contar con el apoyo de nuestros aficionados”.
México, que desde hace tiempo es el equipo de fútbol más popular de Estados Unidos, también tendrá algunos seguidores, pero muchos menos de los habituales. Zinuhe Tinoco, que ha asistido a varios partidos de México en EE.UU., calcula que podría haber unos 500 aficionados animando al Tri el viernes, aproximadamente una centésima parte de los que asistieron a la final de la Copa Oro de agosto en Las Vegas.
“Las entradas son mucho más difíciles de adquirir. Y más caras”, dijo Tinoco, que pagó más de 600 dólares por su boleto. “Definitivamente es un buen golpe en la cartera”.
No ir, sin embargo, nunca fue una opción.
“Hay muchas emociones en esos juegos”, destacó. “Es una de esas cosas que puedes decir que fuiste a ese partido, ¿no?”.
Rich Guel, que se hace llamar coronel, el rango que tiene en el Ejército de Pancho Villa, el principal grupo de aficionados mexicanos en Estados Unidos también estará en Cincinnati después de gastar 400 dólares por su boleto, casi el doble de lo que gastó en el vuelo desde Phoenix.
Pero el precio de la entrada no es el único obstáculo para los aficionados mexicanos. La gestión de la venta de entradas por parte de U.S. Soccer significa que los seguidores del Tri estarán repartidos por todo el estadio en lugar de agruparse, como ocurre en la mayoría de los partidos. Eso reducirá significativamente su impacto.
“El objetivo es estar juntos. Para el resto de los partidos de la selección, no es un problema”, señaló Guel, quien solo se ha perdido un puñado de partidos de México en Estados Unidos en los últimos ocho años y nunca ha sido minoría.
“Sabemos exactamente por qué lo hacen”, comentó sobre la importancia de la ventaja de ser local. “Lo esperábamos”.
Y añadió Tinoco: “Lo que hace que este partido sea diferente es que todos los aficionados de México están obligados a dispersarse por el mar de rojo, blanco y azul”.
Eso no es casualidad.
“Cuando se trata de un partido de clasificación para el Mundial, es muy importante tener un público favorable a Estados Unidos. Y no siempre es fácil asegurar eso”, dijo el entrenador de EE.UU., Gregg Berhalter, que jugó con la selección estadounidense en una victoria por 2-0 en la clasificación contra México en 2005, a 100 millas de la I-71 en Columbus. Así que para nosotros significa entender la competición en la que estamos y tratar de conseguir un público que nos empuje, apoye y ayude a tener éxito”.
“Queremos que los aficionados en las gradas sean en su mayoría seguidores de Estados Unidos. Queremos que el estadio sea ruidoso. Queremos que el ambiente sea agitado. Porque sabemos cómo un buen público puede impulsar a un equipo”.
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