Columna: Carmelo Anthony sigue elevando su perfil con cada victoria de los Lakers

Los vítores de los aficionados aún resonaban en el Staples Center cuando Carmelo Anthony, con ropa casual, gafas obscuras y una gran sonrisa, llegó detrás del escenario para atender a los medios de comunicación el lunes por la noche.

Los 18.997 espectadores que agotaron las entradas celebraron cada uno de sus movimientos, absorbiendo la energía que Anthony sacó del banquillo de los Lakers e inyectó en el partido contra los Hornets de Charlotte el lunes y reflejándola en vítores y coros. Estaba en su elemento, poniendo a los Lakers por delante de forma definitiva en la prórroga al anotar los últimos tres puntos de su récord de la temporada, 29, para que los Lakers sacaran la victoria por 126-123, un partido donde lo único destacado fue la extraordinaria actuación de Anthony.

Hubo tantos buenos momentos el lunes - anotó 7 de 10 en tiros de tres puntos, el cálido vínculo entre él y el público, el impulso que dio a un equipo que todavía no ha descubierto cómo funcionar sin el lesionado LeBron James- que era difícil imaginar que la carrera de Anthony parecía estar acabada no hace mucho tiempo.

Liberado por los Rockets de Houston a los 10 partidos de la temporada 2018-19, Anthony estuvo fuera de la NBA hasta que los Trail Blazers de Portland lo ficharon en noviembre de 2019. “Sinceramente, nunca lo entendí”, dijo el entrenador de los Lakers, Frank Vogel.

Anthony le dio a Portland dos temporadas sólidas saliendo de la banca antes de firmar con los Lakers en agosto. “Obviamente tiene mucho que ofrecer y estamos emocionados de tenerlo”, manifestó Vogel.

Desde encontrarse casi en el olvido hasta ser uno de los primeros aspirantes al sexto hombre del año es un largo viaje. Su dinámica actuación del lunes fue una bofetada en la cara a quienes pensaban que le quedaba poco y un regalo para un equipo que potencialmente le da su mejor oportunidad de conseguir un campeonato.

“El problema es que todos los demás pensaron eso mismo. Yo nunca lo creí”, dijo el alero de 37 años. “Es algo que asimilé, lidié y viví con ello, jugué mentalmente con diferentes escenarios durante meses. Pero nunca dudé de mí mismo en nada de lo que hice, así que siempre me mantuve firme en lo que soy, en lo que puedo hacer y, si llegaba la situación adecuada para ello, la habría aceptado, que era Portland. Me abrieron las puertas. Me dieron una oportunidad”.

Unirse a los Lakers y añadirse a su serie de jugadores All-Stars significaba que tendría que ser un reserva. Estaba preparado para ello.

“Venir aquí no fue una forma de salir del banquillo. Lo he aceptado al integrarme con ellos”, dijo. “La primera vez que salí del banquillo no sabía cómo reaccionar. No sabía cómo responder. Era algo extraño para mí, algo que nunca había hecho antes, aparte de jugar con el equipo de Estados Unidos, pero eso era totalmente diferente”, añadió, refiriéndose a sus cuatro medallas olímpicas, tres de ellas de oro.

A pesar de perder a James por tercer partido consecutivo por una distensión abdominal y de la persistente enfermedad estomacal de Anthony Davis, Vogel ha resistido la tentación de mover a Anthony a la alineación titular. Y eso está bien. ¿Por qué arreglar algo que no está roto?

El éxito de Anthony saliendo del banquillo ha sido un punto brillante constante para los Lakers. “Es un gran jugador y encestador. Ha tenido una gran carrera”, dijo el entrenador de Charlotte, James Borrego, después de que los Lakers subieran un peldaño por encima de los 500 puntos al ganar el primer partido de una serie de cinco encuentros en casa que continúa contra Miami el miércoles.

Los compañeros de equipo de Anthony esperan la sacudida que proporciona cuando entra en el juego. “Es un gran anotador, un gran mentor para los muchachos. Tiene liderazgo, es un veterano y conoce el juego. Para nosotros, aporta todo eso”, dijo Davis. “Nos ha ayudado en muchos partidos este año. Definitivamente es sorprendente que nadie lo quisiera hace un par de años, pero estamos más que contentos de tenerlo”.

Los aficionados también están deseando verle entrar en el partido. “El público es increíble con él. Lo mantienen fuera de la alineación titular porque la energía que recibimos cuando entra es algo con lo que no quiero lidiar”, dijo Vogel, medio en broma.

Los tiros de tres puntos de Anthony en casa han sido dignos de provocar un gran entusiasmo. Tiene 38 de 59 (64.4%) en tiros de tres puntos en el Staples Center, pero uno de 16 en los partidos en gira. “Siempre pensé que el Staples era un buen lugar para los anotadores”, dijo. “Pero es distinto cuando eres un rival, a diferencia del equipo local”.

Ahora es su propia casa, es su afición, la misma que le anima por seguir creyendo en sí mismo. Habiendo llegado hasta aquí, no está dispuesto a aflojar.

“Cuando estaba en Nueva York tenía una sensación similar, pero allá lo que sentía era diferente. La energía, el público, siempre estaba ahí. La intensidad de las multitudes en Nueva York es distinta”, dijo.

“Portland es muy diferente. Un poco más relajado, pero muy apasionado. Sus aficionados son muy entusiastas y apoyan a sus jugadores. El Staples siempre ha sido distinto. Y también el equipo que tenemos. Me mantiene alerta. Tengo que estar al tanto de mi juego sabiendo perfectamente lo que está pasando a mi alrededor, necesito hacer las cosas bien para que tengamos una buena oportunidad de ganar. Mientras lo haga, creo que estaremos bien”.

Lo mejor es que ha vuelto a escuchar vítores, por cierto, bien merecidos.

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