Si quieren pelear... que se dediquen al boxeo
Paulo Cesar Wanchope renunció a la dirección técnica de Costa Rica.
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Esto de las peleas se está volviendo costumbre y no tiene cabida en una cancha de futbol.
El incidente que protagonizó el martes el ahora extécnico de Costa Rica, Paulo César Wanchope, provocó su renuncia de la selección tica.
Wanchope estuvo involucrado en una gresca durante un partido en Panamá, entre las selecciones Sub-23 de los canaleros y ticos, clasificatorio para el preolímpico de la Concacaf. El timonel intentaba bajar de las gradas a la cancha, cuando se agarró a golpes con un guardia de seguridad que se encontraba cerca.
Después de ver el comportamiento del entrenador, recordé el no tan lejano incidente de Miguel ‘Piojo’ Herrera, el extécnico del Tri, quien también por un problema de golpes fue alejado de la selección de México en un incidente con un periodista.
Al comparar estas situaciones, varias preguntas se me vienen a la mente, seguramente muchos las tendrán igual: ¿Será que hay una presión generalizada de la Concacaf sobre los equipos del área? ¿Se sentirán intocables los entrenadores? ¿Qué tan expuestos están a situaciones como estas?
La lista de preguntas podría ser más larga… pero algo tienen en común las incidencias de los entrenadores, la presión que les dejó el Mundial y la Copa Oro fue grande para ambos.
México “cumplió” al ganar el torneo de la Concacaf, pero no lo hizo con su mejor futbol y ahora enfrenta un difícil partido ante los Estados Unidos, quienes ganaron la Copa Oro del 2013, para decidir en octubre de este año quien competirá en la Copa Confederaciones 2017. El torneo se realizará en Rusia servirá como preámbulo del Mundial del 2018 en ese mismo país.
Por su parte, Costa Rica tuvo un histórico Mundial en Brasil, tumbando a grandes equipos y llegando a Cuartos de Final. A pesar de la gran participación de los ticos, el entrenador colombiano Jorge Luis Pinto no siguió en el equipo y fue cuando Wanchope tomó las riendas. El exdelantero de la selección costarricense no logró recuperar esa mística demostrada en Brasil.
Por muy grande la presión, el entrenador de cualquier equipo se convierte en el representante de esa selección y su comportamiento debe mantenerse a la altura. Eso sí, siempre estarán expuestos a agresiones o alegrías de la hinchada y de uno que otro que se quiere aprovechar de la fama de estos personajes.
A final de cuentas el que más pierde es el estratega, tenga o no tenga razón en una pelea, porque ya no seguirá en su posición y lo podría condicionar en futuras contrataciones.
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