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Los hospitales ya observan una fuerte alza de pacientes con COVID-19, pero el pico es diferente al del invierno pasado

A COVID-19 patient receives hospital care in Los Angeles.
La enfermera registrada Akiko Gordon, izquierda, y el terapeuta respiratorio Janssen Redondo atienden a un paciente con COVID-19 dentro de la UCI en el Hospital Comunitario Martin Luther King Jr., en Los Ángeles, el viernes.
(Francine Orr / Los Angeles Times)

Aproximadamente dos tercios de los pacientes que han dado positivo en los cuatro hospitales gestionados por el Departamento de Servicios de Salud del Condado de Los Ángeles fueron ingresados por algo distinto al coronavirus.

La cantidad de pacientes que dieron positivo al COVID-19 se disparó dramáticamente en el sur de California desde Navidad, pero algunos funcionarios de salud están notando diferencias importantes en cómo se desarrolla el último aumento en los hospitales comparado con la devastadora ola del invierno pasado.

En los condados de Los Ángeles, Orange y Ventura, el recuento de personas positivas al virus creció más de un 100% en los últimos nueve días. Y en los de Los Ángeles y San Bernardino, el censo hospitalario diario superó los números observados durante el pico máximo de contagios del verano pasado.

Algunas autoridades aún temen que los hospitales puedan enfrentar desafíos, ya que la variante altamente contagiosa Ómicron infecta a las personas a una tasa sin precedentes, según los expertos. Pero hay indicios de que la crisis en varios centros médicos del sur de California puede no ser tan grave como el año pasado, antes de que las vacunas estuvieran ampliamente disponibles.

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Aproximadamente, dos tercios de los pacientes que dieron positivo en los nosocomios administrados por el Departamento de Servicios de Salud del Condado de Los Ángeles fueron admitidos por algo diferente al coronavirus, según la directora de Servicios de Salud, la doctora Christina Ghaly.

Eso es completamente diferente a lo ocurrido en oleadas anteriores, cuando la mayoría de los pacientes positivos al coronavirus eran internados por ser portadores. Esta vez, muchos “pueden no haber sabido que tenían COVID... pero están en el hospital por otra cosa”, señaló Ghaly.

Durante el aumento repentino del invierno pasado, más del 80% de los pacientes con COVID-19 estaban en el hospital porque experimentaban un cuadro grave asociado con la enfermedad, según el Departamento de Servicios de Salud.

“Nos enfrentamos a tiempos muy difíciles durante las vacaciones de invierno”, afirma la Directora de Salud Pública del Condado de Los Ángeles, Bárbara Ferrer.

“La diferencia ahora se debe en gran parte al hecho de que tenemos un mayor número de personas vacunadas y con refuerzo”, escribieron los funcionarios del departamento en un comunicado a The Times. “Ya que Ómicron es altamente transmisible, enfatizamos una vez más la importancia de que todos se inoculen y reciban un refuerzo tan pronto como sean elegibles”.

No está claro si esta misma tendencia se está manifestando en todo el estado. El Departamento de Salud Pública de California no respondió de inmediato el lunes, cuando se consultó la cantidad de pacientes con coronavirus que habían sido hospitalizados directamente debido al COVID-19, en comparación con los que tenían una infección secundaria al momento de la admisión.

Pero si la perspectiva actual se mantiene, el sur de California puede evitar algunos de los peores escenarios de hospitalización previstos hace semanas.

El doctor Robert Wachter, presidente del Departamento de Medicina de la UC San Francisco, mantuvo la cautelosa esperanza de que el aumento de pacientes con coronavirus en los hospitales de su institución se estuviera estabilizando. “Todavía es demasiado pronto para estar seguro y, para mí, un argumento para tener más cuidado, pero es esperanzador”, tuiteó. “Ómicron”, agregó, “podría estar encontrándose con un gran muro de inmunidad” en San Francisco.

Sin embargo, eso no quiere decir que no haya riesgos para la salud y la seguridad pública debido al aumento de las infecciones por coronavirus. En el condado de Los Ángeles, los funcionarios dijeron que “comenzaron a ver retrasos en la respuesta de ambulancia a las llamadas al 911 debido a varios factores, incluida una disminución en el personal -ausente en el trabajo por enfermedades relacionadas con el COVID- y ambulancias que experimentan tiempos de espera prolongados para llevar a los pacientes a los hospitales”.

Según el Departamento de Servicios de Salud del Condado de Los Ángeles: “Las personas deben comunicarse con sus médicos para saber cómo tratar los síntomas leves de coronavirus. No se debe acudir a los departamentos de emergencias para realizarse la prueba de COVID, sino a los sitios establecidos especialmente para ello. Instamos a todos los residentes del condado de Los Ángeles a que hagan su parte para ayudar a detener la propagación del COVID-19 durante este último brote”.

El domingo, 1.994 personas positivas al virus fueron ingresadas a nosocomios en el condado de Los Ángeles, un 121% más que el recuento visto el día de Navidad.

El condado superó su pico de hospitalización por COVID-19 durante el verano el día de Año Nuevo, cuando 1.792 pacientes con infecciones por coronavirus estaban en sus centros médicos. Durante el aumento repentino de Delta, en el verano, las personas en el condado más poblado del país llegaron a un máximo de 1.790, el 17 de agosto, según datos estatales.

Sin embargo, el número de pacientes gravemente enfermos sigue siendo muy inferior al del verano pasado. El domingo, 278 contagiados de COVID-19 estaban en unidades de cuidados intensivos en todo el condado, aproximadamente un 40% por debajo del pico de agosto.

Los últimos totales también están muy lejos de los del invierno pasado, cuando más de 8.000 ciudadanos con COVID-19 fueron internados en todo el condado en los peores días, y las UCI a veces atendían a más de 1.700.

El sur de California tiene la peor tasa de hospitalización por COVID-19 per cápita en el estado. En toda la región, por cada 100.000 habitantes, 21 personas son internadas con una infección por coronavirus. Según los expertos, el nivel preocupante es cuando la tasa es de 5 o peor.

Los índices comparables son de 17 en el área del Gran Sacramento, 15 en el Valle de San Joaquín y 10 en el Área de la Bahía de San Francisco y el norte rural de California.

Dentro del sur de California, Inland Empire tiene las peores cifras, con el condado de San Bernardino en 31 y el condado de Riverside en 25. Los condados de L.A. y San Diego tienen una tasa de 20; el de Ventura, 18; y el de Orange, 17.

Los expertos afirman que todo el mundo debería llevar una mascarilla, y muchos recomiendan requisitos de verificación de las vacunas. Pero incluso con ambas cosas, hay riesgos.

Al igual que Los Ángeles, el condado de San Bernardino ya superó su pico de hospitalizaciones durante el verano. Hasta el domingo, había 655 personas con infecciones por coronavirus en sus hospitales, el 113% del pico de verano de 580 admisiones.

Los condados de San Diego y Ventura alcanzaron el 98% de la cantidad de pacientes con coronavirus positivos observados en el pico de sus oleadas de verano. El condado de Orange, con un 92%, y el de Riverside, con un 88%, también se están acercando a los suyos.

Aproximadamente el 87% de los pacientes hospitalizados actuales no están vacunados en el condado de Orange, según muestran las cifras.

Debido al alto nivel de transmisión local, los funcionarios del condado de Ventura anunciaron que la región cerraría sus edificios al público como medida precautoria durante tres semanas a partir del miércoles. Los servicios se seguirán ofreciendo en línea y con cita previa.

“Más personas son infecciosas y propagan el virus en sitios cerrados”, según el doctor Robert Levin, oficial de salud pública de Ventura, en un comunicado. “Tomar estas medidas (limitar los contactos cercanos, usar mascarillas en el interior para evitar infectarse y contagiar a otros, aislarse cuando hay síntomas, realizar pruebas y vacunarse) puede reducir la probabilidad de que un caso grave de COVID lo afecte a usted, su familia o su comunidad”.

Desde este lunes, Newport Beach también cerrará temporalmente su Ayuntamiento y centros comunitarios. En un comunicado, los funcionarios señalaron que “todos los servicios de la ciudad continuarán, aunque algunos se llevarán a cabo solo a través de métodos virtuales y de entrega” y que anticipan que los nuevos protocolos estarán vigentes hasta mediados de enero.

Aunque el recuento de pacientes en todo el estado se mantiene por debajo del pico del verano pasado, también está aumentando rápidamente. El domingo fueron hospitalizados 6.789 pacientes con coronavirus en todo California, un incremento del 81% desde Navidad.

Los funcionarios de salud han advertido durante mucho tiempo que incluso si las infecciones por Ómicron son más leves que las de Delta, los picos significativos invariablemente crearán un aumento en las hospitalizaciones por COVID-19.

Sin embargo, queda por ver qué tan grave resulta ser. Hasta ahora, las hospitalizaciones no han aumentado tan rápido como los casos de coronavirus, quizá como resultado de la menor gravedad de Ómicron, en promedio, para muchas personas.

También es posible que las inoculaciones puedan explicar en parte por qué hay una tasa más baja de hospitalización. La directora de salud pública del condado de Los Ángeles, Bárbara Ferrer, estimó el mes pasado que, si bien entre el 15% y el 20% de los casos de coronavirus requirieron hospitalización durante las oleadas de 2020 y el invierno pasado, solo entre el 5% y el 6% de los casos requirieron ser internados durante la oleada de verano del Delta, algo que “realmente refleja el poder de las vacunas “.

Es demasiado pronto para decir cuál será ese porcentaje para el brote actual. “Porque es posible que algunas personas no sean hospitalizadas de inmediato después de dar positivo por COVID-19, los aumentos en pacientes internados generalmente van por detrás de las alzas en los casos. Como resultado, es muy pronto para decir si habrá un cambio en el porcentaje de casos hospitalizados asociado con el reciente pico de episodios”, señaló el Departamento de Salud Pública del estado en un comunicado.

Sin embargo, la cantidad de casos de coronavirus desató alarmas.

El condado de Los Ángeles registró 23.553 casos nuevos el sábado y 21.200 más el domingo, muy por encima del promedio máximo del invierno pasado, de 16.000 por día. Y los funcionarios consideran probable que esas cifras estén subestimadas debido a los retrasos en los informes de los fines de semana.

Según las estimaciones de los modelos informáticos de COVID-19 de California publicados el lunes por la mañana, cada persona infectada en el condado de Los Ángeles está transmitiendo en promedio el virus a otras dos, más que en cualquier momento desde los primeros meses de la pandemia.

“Esperamos que al trabajar juntos para implementar medidas de seguridad de salud pública esenciales podamos permanecer seguros, proteger a quienes amamos y mantener abiertas nuestras escuelas y negocios”, remarcó Ferrer en un comunicado el domingo. “Durante este aumento, dada la propagación de una cepa más infecciosa del virus, los lapsos pueden conducir a una transmisión explosiva”.

Las autoridades destacaron que el último aumento en los casos se puede atribuir tanto a la variante Ómicron, que se estima que es de dos a cuatro veces más transmisible que la Delta, como al alza de viajes y grandes reuniones durante la reciente temporada navideña.

La naturaleza ultracontagiosa de Ómicron, según los funcionarios, aumenta la urgencia de que los residentes tomen medidas para protegerse. Estas incluyen el uso de cubrebocas en entornos públicos cerrados, evitar situaciones de hacinamiento y, más importante, vacunarse y recibir una dosis de refuerzo cuando sea elegible.

Hasta la fecha, alrededor del 75% de todos los californianos tienen al menos una dosis de la vacuna contra el COVID-19, y el 67.5% se considera completamente inoculado. Sin embargo, eso todavía deja a millones por recibir el antígeno, incluidos todos los menores de cinco años, que aún no son elegibles.

“Todos debemos hacer nuestra parte para proteger realmente el 2022, que ya no se ve tan bien durante el primer mes”, expresó la doctora Regina Chinsio-Kwong, funcionaria adjunta de salud del condado de Orange. “Pero la parte tranquilizadora de todo esto es lo que sabemos: podemos tomar medidas preventivas básicas para nosotros y nuestras familias”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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