Anuncio

Sobrecarga de Zoom y las adversidades del COVID-19: miles de estudiantes de kínder abandonan las escuelas locales

Kindergarten teacher Adriana Rosas with her class at Aloha Health Medical Academy in Lakewood.
En una foto de archivo, se muestra a la maestra de jardín de infantes Adriana Rosas con sus alumnos, que se divierten y aprenden en Aloha Health Medical Academy, Lakewood. Su distrito escolar, ABC Unified, enfrenta una pérdida de inscripciones que podría estar relacionada con la pandemia de COVID-19.
(Allen J. Schaben / Los Angeles Times)

El LAUSD y otros distritos muestran una gran caída en el número de niños inscritos en kínder y primer grado en medio de las clases en línea y la crisis del coronavirus.

La inscripción al jardín de infantes ha disminuido drásticamente en las escuelas públicas de Los Ángeles y en otros lugares, lo que indica que muchos padres de los estudiantes más pequeños del estado enfrentan una gran carga con el aprendizaje en línea y podrían optar por no volcarse a las escuelas públicas tradicionales o mudarse de Los Ángeles en medio de la crisis del coronavirus.

La caída de 6.000 estudiantes de kínder en el segundo distrito escolar más grande del país representa una disminución del 14% desde el año pasado. Cuando se combinan con informes anecdóticos de asistencia inconsistente a las clases en línea en vivo, algunas aulas virtuales parecen tener una capacidad de aproximadamente 50% a 75%.

Desde que los campus cerraron a mediados de marzo, los expertos han expresado especial preocupación por el hecho de que a los estudiantes de cuatro, cinco y seis años, que se están perdiendo habilidades críticas de socialización con otros niños, les cuesta formar vínculos importantes con los maestros y carecen de la resistencia del desarrollo necesaria para mantenerse comprometidos durante períodos prolongados de aprendizaje frente a la computadora.

Anuncio

A los educadores les preocupa que los niños menos favorecidos queden más rezagados. “Si estas familias están perdiendo de manera desproporcionada el acceso al jardín de infancia, entonces es probable que haya impactos posteriores en el aprendizaje, cuando estos chicos tengan que ponerse al día con aquellos que comenzaron la escuela con mayores ventajas y tuvieron la oportunidad de aprender formalmente en el jardín de infantes”, explicó Anna Markowitz, profesora asistente de educación en UCLA.

Es demasiado pronto para tener una idea precisa de por qué la matriculación en kindergarten disminuyó de manera tan drástica. Pero el superintendente de las escuelas de L.A., Austin Beutner, afirmó que existe una correlación en el Distrito Unificado de Los Ángeles (LAUSD) entre la disminución de las inscripciones y las comunidades que ya han sido fuertemente afectadas por la enfermedad del coronavirus y las dificultades económicas. La población estudiantil del LAUSD es 80% latina, y registra casi el mismo porcentaje de niños que necesitan comidas gratuitas o a precio reducido.

Los decanos de las escuelas de leyes de California clamaron durante años para reducir el puntaje de aprobación del examen de la barra. Cuando la pandemia golpeó, la Corte Suprema de California actuó.

“Las mayores caídas en la inscripción al jardín de infantes generalmente se dan en los vecindarios con los ingresos familiares más bajos”, agregó Beutner durante una sesión informativa en línea pregrabada el lunes. “Sospechamos que algo de esto se debe a que las familias pueden carecer de la capacidad de brindar apoyo de tiempo completo en el hogar para el aprendizaje en línea, que es necesario para los estudiantes muy pequeños”.

Los problemas para los padres pueden volverse intensos.

Isabel López, madre de un niño pequeño, un alumno de primer grado, uno de quinto grado y otro de octavo grado, pasa todo el día escolar guiando a los niños a través de las clases desde su casa en el centro de Los Ángeles.

Rosie, quien cursa primer grado, a veces rompe a llorar. Se frustra cuando no sabe si su maestra la puede ver al levantar la mano para responder una pregunta.

Alyssa McGregor, madre de siete hijos -seis de los cuales están en la escuela- enfatizó que ha sido especialmente difícil mantener a sus gemelas, en jardín de infantes de transición, enfocadas. El kínder de transición es para niños de cuatro años, que cumplen cinco durante el semestre de otoño.

Según McGregor, que reside en el sur de Los Ángeles, las niñas necesitan ayuda para usar sus tabletas y a menudo las encuentra deambulando, esperando ver qué hacen sus hermanos. “Tengo que decirles constantemente: ‘Manténgase fuera de la clase de sus hermanas’”, relató McGregor, quien también debe atender a un bebé de cinco meses. “Si estuvieran en el aula, creo que sería muy diferente”.

Según la ley estatal, los padres no tienen que inscribir a sus hijos en el jardín de infancia. Sin embargo, a partir del primer grado, la escolarización es obligatoria, aunque los padres pueden educar a sus hijos en el hogar.

Katie Pace, una madre líder en Gardner Elementary en Hollywood, dijo que en los primeros conteos la asistencia se había reducido entre un 10% y un 15%, a pesar de que la escuela cuenta con un director bien considerado y un personal estable y veterano. “Todo el mundo se fue de la ciudad, en su mayoría por razones económicas”, señaló Pace sobre las familias a quienes conocía.

Otros padres parecen optar por no involucrarse. Uno dijo que trasladó a su hija -que está comenzando el primer grado- de una escuela del LAUSD en el lado oeste a una escuela privada con la expectativa de que reabriera antes. El padre pidió que no se usara su nombre por respeto a la privacidad de su hija.

Una directora en el suroeste de Los Ángeles dijo que su caída en la inscripción está relacionada con el servicio a una comunidad minoritaria de bajos ingresos muy golpeada por el COVID-19. “No me sorprende que los padres no estén dispuestos a correr el riesgo de poner a un niño de cinco años en un campus y tampoco se sientan cómodos con que el pequeño esté sentado frente a una computadora durante la mitad del día”, comentó la directora, quien solicitó el anonimato porque no estaba autorizada para hablar. “Para ser honesta, probablemente no inscribiría a mis hijos en el jardín de infantes en este momento”, enfatizó. “O, si tuviera que trabajar, buscaría opciones privadas”. Añadió que el LAUSD trata a los niños de jardín de infantes muy parecido a los de 12° grado en términos del tiempo que pasan en línea.

Los funcionarios advierten que las llamadas fraudulentas y las estafas de COVID-19 están aumentando como resultado de que la gente se quede en casa.

Además de la caída en kínder, algunos directores informan disminuciones en la inscripción, y en la participación significativa de los estudiantes, en el jardín de infantes de transición y el primer grado.

“El tamaño promedio de las clases es de aproximadamente 12 a 15 estudiantes por nivel de grado”, señaló Juan Flecha, presidente del sindicato que representa a los directores, quien basó su estimación en los comentarios de sus miembros. “Creo que a los padres les resulta extraordinariamente difícil gestionar su vida personal y profesional y, al mismo tiempo, mantener a los niños ocupados en un dispositivo”.

Algunos padres formaron cooperativas de aprendizaje con otras familias, y a veces juntan dinero para contratar a un maestro privado.

Pero el problema de la desaparición de estudiantes está lejos de ser exclusivo del Distrito Unificado de Los Ángeles.

El superintendente del Distrito Unificado de Las Vírgenes, Dan Stepenosky, dijo que su distrito escolar ha bajado 490 estudiantes, incluidos unos 100 de jardín de infantes, a una matrícula de 10.329. La caída fue 230 más alta que la proyectada para el sistema escolar, que se extiende a ambos lados de la frontera de los condados de Los Ángeles y Ventura, y tiene una inscripción más próspera en promedio que la del LAUSD.

“Escuchamos que muchas escuelas agregaron más jardines de infantes, por lo que las familias se quedan allí”, remarcó Stepenosky. “También nos enteramos de muchos ‘campamentos’ que son en su mayoría como la instrucción en el aula.Y creo que algunas familias se cambiaron. Varios se mudaron debido al incendio de Woolsey; todavía tenemos 400 casas que no han sido reemplazadas. La gente está cansada de California”.

El funcionario tiene la esperanza de que las familias desanimadas por el excesivo “tiempo de Zoom” regresen una vez que los campus vuelvan a abrir sus puertas, un optimismo que comparte el superintendente de Burbank, Matt Hill, donde la inscripción al jardín de infancia también ha bajado.

En Pomona, donde alrededor de nueve de cada 10 estudiantes son parte de hogares de bajos ingresos, algunas familias se están mudando al este para reducir sus costos de vida, incluso mientras mantienen trabajos con salarios bajos en Los Ángeles, que en este momento son más difíciles de conseguir. “Pero ahora, en lugar de conducir desde Pomona, lo hacen desde Ontario o Fontana o más adelante”, reconoció el portavoz del distrito, Oliver Unaka.

Audrey Smith, maestra de Gonsalves Elementary, en el distrito unificado de ABC, comentó que su escuela en el sureste del condado de Los Ángeles se ha reducido de tres aulas de jardín de infantes a dos. Y su clase de kindergarten de transición, normalmente llena, tiene cuatro estudiantes menos. Los altos costos de la vivienda en Cerritos son en gran parte la razón del continuo descenso de las inscripciones allí, pero el aprendizaje en línea ha exacerbado la tendencia.

Algunos padres cuestionan el valor de la educación en línea en comparación con “lo que ocurre en un aula, donde los niños socializan, juegan con bloques, aprenden a turnarse y comparten y hacen amigos”, destacó Smith.

En LAUSD, la matrícula general ha tenido una tendencia a la baja durante años y la caída en todos los grados no está lejos de las proyecciones. La inscripción prevista antes de la pandemia de COVID de este año era de 463.539. El número actual es 461.105, y esa cifra podría aumentar antes del día oficial del “censo” del distrito, aproximadamente cinco semanas después del comienzo del año lectivo. Pero la caída de 6.000 estudiantes en el jardín de infantes fue tres veces mayor de lo proyectado.

El distrito informó públicamente algunas cifras de inscripción el lunes, después de que The Times las solicitara repetidamente y el distrito se negara con insistencia a proporcionarlas, sugiriendo que el periódico esperase hasta que el distrito compilara oficialmente los datos, más adelante.

Por el momento, es difícil hacer un seguimiento de la asistencia y el compromiso significativos de los estudiantes desde el exterior porque el LAUSD ha aprovechado al máximo las pautas de asistencia liberal del estado. Los alumnos deben contarse como presentes durante un día de clases sin importar cuán mínimo sea el contacto entre un maestro y el estudiante, siempre que esa interacción ocurra el día en que se toma la asistencia.

McGregor, la madre de las gemelas de cuatro años, no culpa a la escuela por los desafíos que enfrenta para mantener a los niños pequeños en línea y concentrados. A diferencia de muchos padres, ella no se ha mudado ni se ha rendido, pero existen límites. “No planeo sacarlas a menos que digan que este será un estilo de vida para siempre”, dijo. “Entonces, sí, las sacaría”.

La redactora de The Times Julia Barajas contribuyó con este informe.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

Anuncio