Descarga eléctrica flagela a joven guatemalteco que ahora a través de ‘ángeles’ recuperará su alegría - Los Angeles Times
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Descarga eléctrica flagela a joven guatemalteco que ahora a través de ‘ángeles’ recuperará su alegría

Flor de María Paz muestra las quemaduras que su hijo, David López, tiene en su abdomen sufridas en mayo de 2019.
(Soudi Jiménez/Los Angeles Times en Español)
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La ropa cubre las cicatrices y quemaduras que David López lleva en la mitad de su cuerpo, pero al levantarse la camisa se observan los latigazos que una descarga eléctrica causó en este joven, que viajó desde Guatemala con la esperanza de que las cirugías le devuelvan el alborozo extraviado.

“Me da tristeza porque no puedo hacer un pequeño movimiento”, confesó el muchacho de 13 años en entrevista con Los Angeles Times en Español poco después de llegar al aeropuerto local, acompañado de su madre, Flor de María Paz, con el apoyo de una organización comunitaria guatemalteca.

En lo primero que piensa, asegura este fanático del Real Madrid, es en volver a la cancha de fútbol que dejó desde aquel fatídico día en que casi muere calcinado por un cable de alta tensión, algo que ahora está más cerca de lograr después de llegar a Estados Unidos como parte de una cadena de “milagros”.

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“Es un milagro de Dios, porque él me tiene en pie, hay otros niños que no han logrado lo que Él hizo en mí”, indicó con gratitud el oriundo de Petén que fue recibido con una camisa y bufanda del equipo madrileño, así también una pelota y una gorra, entre otros regalos que le dio la comunidad chapina.

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López es un niño risueño y vivaracho. En su municipio natal, San Benito, es conocido por su pasión por el fútbol. A veces incluso se escapaba de la escuela para irse a la cancha, en donde le confiaban el arco y él se sentía como el costarricense Keylor Navas o el alemán Marc-André ter Stegen, sus porteros favoritos.

“Al estirar los brazos se me rasga la piel”, aseguró consternado y con dificultad para hablar, debido a un tubo plástico que le han colocado en su garganta, el cual a veces él mueve con su mano cuando tiene problemas para alimentarse, haciendo una demostración mientras brinda esta entrevista.

La vida de David López es un milagro después de sobrevivir a las quemaduras de un cable de energía eléctrica en Guatemala.
(Soudi Jiménez/Los Angeles Times en Español)

En su mano derecha, tiene cicatrices en tres dedos: índice, medio y anular. Esos fueron los que sujetaron un cable reventado de energía eléctrica, cuando fue a visitar a su mamá mientras ella trabajaba en un hotel. López intentó cruzar la terraza de la segunda planta cuando se encontró con el cable.

Paz cuenta que recién había llegado a su trabajo, acompañada de López y su hijo menor, Pablo José. En lo que bañaba al más pequeño, David se quedó jugando en la segunda planta.

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Al cambiarle ropa al menor de los retoños, escuchó un ruido estridente del cable eléctrico. Corrió a ver y se encontró a su hijo mayor con la piel prieta de las quemaduras; de los oídos y boca le salía humo. Estaba inconsciente. La mujer se tiró sobre él y le sacudió los hombros para que reaccionara.

“Sentía que mi hijo se me iba”, dijo al rememorar los hechos ocurridos a eso de las 3:30 pm del 25 de mayo de 2019.

En una ambulancia, recorrieron con angustia cerca de 10 horas desde Petén hasta la capital guatemalteca, para ingresarlo en el Hospital Roosevelt. En el camino, los paramédicos trataban de que no se durmiera, hasta que llegaron al centro asistencial a eso de las 5:30 am del día siguiente.

Al ver la condición en que se encontraba, la médico que atendió a López no le daba más de 7 horas de vida. El joven llegó a la unidad de cuidados intensivos en donde fue entubado. La doctora había dicho que lo mejor era desconectarlo al mediodía, porque no veía esperanza de vida.

“No vayas a permitir que lo desconecten, Dios tiene un propósito para él”, dijo la madre de Paz por teléfono creyendo que su nieto sobreviviría.

Antes de viajar a Estados Unidos, a David López le hicieron 29 cirugías en suelo guatemalteco.
(Soudi Jiménez/Los Angeles Times en Español)

Los médicos decían que los pulmones no daban más, pero la acongojada madre no dio permiso a que lo desconectaran, después de ser aconsejada que mejor guardara sus fondos para el funeral, en vez de pensar en la recuperación.

En el tercer día, López recuperó la conciencia. Le quitaron los tubos y le pusieron oxígeno por la nariz. Al día siguiente dijo “mama” y el niño aseguró que respiraba bien. Al examinarlo, encontraron que el corazón funcionaba normal y la doctora que lo daba por muerto, al ver lo ocurrido rompió en llanto.

En ese hospital le realizaron 29 cirugías, antes de que saliera el pasado 18 de diciembre. Al llegar la pandemia, él tenía una operación programada que no pudo recibir. Ante esa falta de tratamiento, las cicatrices en su rostro le crecieron, tiene problemas para respirar y dormir, entre otras secuelas.

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Sin embargo, a raíz de la emergencia por el coronavirus, la fundación Little Dreamers of Guatemala, con sede en Los Ángeles, envió alimentos a las familias afectadas en Petén; en una distribución, una colaboradora conoció de este caso, el cual fue remitido a Sonia Aguilar, presidenta de la organización.

“Me impactó muchísimo, esa noche no pude dormir”, reconoció Aguilar, oriunda de la Ciudad de Guatemala, quien inscribió la fundación ante las autoridades estatales en el 2018.

Desde marzo, esta institución apadrinó a López, proveyéndole fondos para la medicina y, al mismo tiempo, comenzaron a gestionar un tratamiento en suelo estadounidense.

En esta imagen aparecen de pie Sonia Aguilar, presidenta de la fundación Little Dreamers of Guatemala y Edgar Reyes.
En esta imagen aparecen de pie Sonia Aguilar, presidenta de la fundación Little Dreamers of Guatemala y Edgar Reyes, quienes han ayudado para que David López y su mamá lleguen a Estados Unidos.
(Soudi Jiménez/Los Angeles Times en Español)

Con el apoyo de cartas, emitidas por el Viceministerio de Relaciones Exteriores de Guatemala, se solicitó la visa humanitaria que fue aprobada el 25 de agosto, poco después de que Little Dreamers obtuviera el aval para las cirugías del hospital Shriners, en Guatemala y Estados Unidos.

“Podemos cambiarle la vida al niño, él no puede jugar, no se puede caer, no puede estirarse, porque se le rompe la piel”, aseguró Aguilar, detallando que el menor tendrá cuatro cirugías que serán realizadas completamente gratis. “El enfoque es cambiarle su vida y que pueda tener una vida normal”, agregó.

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López llegó la tarde de este jueves a Los Ángeles y en la mañana de este viernes salió rumbo a Galveston (Texas), en donde está el nosocomio que harás las cirugías del menor.

Los boletos aéreos, el transporte local y la alimentación fuera del hospital está cubierto por la fundación Little Dreamers of Guatemala.

Al ingresar al centro médico, Shriners se responsabilizará de todos los gastos del joven, pero la manutención y alojamiento de la madre del niño será cubierto por la fundación, fondos que todavía no están completos, pues cada mes de los cuatro que probablemente estén en el hospital costará $1.200.

“Si pueden donar háganlo en la página web o alguien allá cerca le puede dar el dinero a ella”, indicó Aguilar, señalando que López y Paz se presentarán en el hospital el lunes 31 de agosto, quienes pueden alargar su estancia en el hospital hasta diciembre o febrero, dependiendo de cómo reaccione el niño.

Flor de María Paz y David López fueron recibidos en Los Ángeles por líderes de una organización comunitaria guatemalteca.
(Soudi Jiménez/Los Angeles Times en Español)

Entretanto, el jovencito aparte de jugar fútbol está planeando que al regresar a Guatemala se dedicará a estudiar y a largo plazo su meta es incursionar en la medicina.

“Quiero seguir estudiando, tomar la carrera de cirujano”, dijo sobre sus aspiraciones, pero mientras esté en Estados Unidos sostiene que le gustaría conocer Disneyland porque le llaman la atención los juegos y los personajes del parque temático. “La gente se divierte mucho, es para entretenerse”, añadió.

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Paz, por su parte, se muestra agradecida por el hecho de que su hijo y ella estén en Estados Unidos, porque es algo que en ningún momento hubiesen podido costear, ya que esta mujer trabaja lavando y planchando ropa. En una semana dijo que puede ganar $13 y si le va bien se eleva su ingreso a $65.

“Todo esto ha sido meneado por Dios, han salido (personas) así de la nada, han sido ángeles que Dios ha enviado”, aseguró la madre de familia.

Si alguna persona altruista desea donar puede ingresar a la página web littledreamersofgt.org, igual pueden contactarse con la institución por medio de Facebook.

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