El asesinato de George Floyd eleva el debate para que EE.UU. reconozca los prejuicios raciales
Los Ángeles — La muerte de George Floyd en manos de un policía anglosajón en Minneapolis (Minnesota) se suma a los casos de Eric Garner (Nueva York), Michael Brown Jr. (Ferguson), Freddie Gray (Baltimore) y Trayvon Martin (Sanford), entre otros que han causado revuelo por el exceso de fuerza de las agentes de la ley.
Este crimen en contra de un afroamericano ha sido condenado por diferentes sectores, dejando en evidencia el problema de la brutalidad policial y los prejuicios raciales que con la muerte de Martin, en el 2012, provocó el surgimiento del movimiento “Black Lives Matter” (La vida de los negros importa).
En lo que va del 2020, se registran 400 personas asesinadas en manos de las agencias de la ley, según el portal “Killed By Police” que lleva documentado desde el 2015 los tiroteos y crímenes que se atribuyen a agentes de policía en diferentes ciudades de Estados Unidos.
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En ese reporte, actualizado hasta el 26 de mayo, no aparece el de Floyd porque no sufrió disparos, pero su muerte sí fue a raíz del exceso de fuerza de un policía.
Tracey Brame, experta en derechos civiles y profesora en la Escuela de Leyes Cooley-Western Michigan University, cuestiona que la muerte de una persona de color ocurra en manos de quienes se supone deben proteger y servir a la población.
“Después de la muerte de George Floyd en Minneapolis, estamos viendo disturbios civiles, lo que no debería distraernos del verdadero problema de que, como nación después de las Leyes de Jim Crow, debemos mejorar en reconocer los prejuicios raciales”, aseguró Brame en un comunicado.
Al observar los datos recopilados por el portal killedbypolice.net, entre el 2015 y 2019 registraron 4.938 casos de asesinatos de civiles causados con armas de policías y agentes de la ley.
De los últimos cinco años, el más sangriento fue el 2019 cuanto se reportaron 1.004 víctimas fatales y el que tuvo menos casos fue el 2016, cuando murieron 962 personas, según ese portal que utiliza infográficos y mapas basado en el sitio mappingpoliceviolence.org.
Brame, doctora en Leyes por la Universidad de Michigan, tiene un historial profesional de varios años como defensora pública, también ha realizado investigaciones de justicia racial en Alabama, en donde ha entrevistado presos y sus familiares, también ha compilado estadísticas sobre prejuicios raciales.
Al conocer de la muerte de Floyd (Minnesota) y de Ahmud Arbery, ocurrido en el condado de Glynn (Georgia), casos que fueron grabados en celulares, la experta plantea que las redes sociales ahora permiten a la sociedad “ver lo que siempre ha sido un problema”.
“Sé que este problema es difícil, y será difícil continuar haciendo cambios, pero con los datos, la experiencia y la voluntad, el cambio puede suceder. Tal vez no hoy o mañana, pero puede suceder, siempre y cuando podamos pasar de la indignación momentánea al compromiso sostenido de mejorar”, razonó Brame.
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Entre el 2015 y 2016, el diario The Guardian documentó las muertes ocurridas en manos de policías.
En ese informe, por ejemplo, se muestra que en el 2015 murieron 1.146 personas, detallando que por cada millón de habitantes la cifra de asesinatos más alta fue la de afroamericanos con 7.69, seguidos por nativos estadounidenes (5.49), latinos (3.45), anglosajones (2.95) y asiáticos (1.34).
En cambio, en el 2016 The Guardian reportó que los crímenes ascendieron a 1.093. En este caso, las víctimas fatales por cada millón de habitantes fue encabezado por los nativos estadounidenses con 10.13, seguidos por los afroamericanos (6.66), latinos (3.23), anglosajones (2.9) y asiáticos (1.17).
Al elevarse las condenas por el asesinato de Floyd, la Coalición de los Derechos Humanos de los Inmigrantes de Los Ángeles (Chirla) expuso en un comunicado que algunos departamentos de policía han hecho esfuerzos por generar confianza y trabajar con los inmigrantes y comunidades de color.
Sin embargo, hay un problema de fondo que debe atacarse, sostiene Angélica Salas, directora de Chirla. A juicio de la activista, el crimen ocurrido en Minneapolis muestra que los oficiales de policía, a nivel institucional e individual, necesitan “limpiar el flagelo del racismo” de sus mentes y emociones.
“El asesinato de George Floyd es un claro ejemplo de cómo los elementos podridos de algunas fuerzas policiales, pueden seguir trabajando mientras hacen cumplir excesivamente la ley y matan a los negros. Esto debe parar”, demandó la activista pro-inmigrante.
“La violencia de las fuerzas policiales contra las comunidades más vulnerables, incluidos los inmigrantes y las personas de color, debe ser erradicada”, agregó.
Como nación, dijo Salas, se puede iniciar ese proceso de sanidad, pero para eso es necesario que el presidente del país, Donald Trump, no divida más a Estados Unidos, porque cuando ocurre un acto de prejuicio y violencia en cualquier parte del país, afecta a personas de color en todas partes.
“Lamentamos la muerte de una víctima más del racismo y el uso de la fuerza extrema; y exhortamos a las autoridades de la comunidad de Minneapolis, a ejercer todo su poder para garantizar que se haga justicia”, concluyó Salas.
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