Ella está expuesta al coronavirus con más de 100 clientes al día, seis días a la semana y sin protección - Los Angeles Times
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Ella está expuesta al coronavirus con más de 100 clientes al día, seis días a la semana y sin protección

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Su trabajo no es fácil, pero el ser cajera y atender a más de 100 clientes al día, posibles portadores del coronavirus, se ha convertido en una tarea monumental para Delia Montiel.

La señora de 57 años sostiene que arriesga su salud y su vida por lo menos ocho horas al día, seis días a la semana mientras trabaja durante la pandemia.

Su experiencia es la misma que viven miles de cajeros trabajadores, quienes salen a diarios a ejercer su trabajo sin reglamentos de protección y salubridad de parte de sus empleadores.

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Cuando el gobierno les urge a las familias refugiarse en sus hogares al momento que la pandemia del coronavirus cobra las vidas de más de 2,000 pacientes en Estados Unidos y supera los 101,000 casos, la tarea de Montiel y otros miles es salir a lidiar con la gente.

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Todas las mañanas, Montiel sale de su hogar pidiéndole a Dios que la proteja. A parte de su fe como escudo, se pone guantes de plástico y un cubrebocas para llegar al almacén en el que labora en Los Ángeles.

Por su caja registradora, en una tienda de Food4Less, pasa mucha gente de todas las edad, etnias y recursos económicos, pero todos ellos tienen algo en común; el querer ser atendidos a la mayor brevedad posible por el temor a que ella sea la portadora del coronavirus.

En sus 16 años de trabajar en la misma localidad, nunca había visto tal desconfianza y temor.

“Estamos en tiempos en que todo mundo dudamos de la salud de la persona que se encuentra a la par, o la persona que nos atiende. Este temor es mutuo”, dice Montiel.

“Hay señores, niños, jóvenes, embarazadas que vienen a comprar y todos tienen que pasar por las cajas. Algunos tosen, estornudan, se limpian con las manos, con las mismas que me dan sus productos.

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“Hay gente que aun hace platica, y yo ahora procuro hablar solo lo suficiente para ser educada, pero no encajo en conversaciones… El cubrebocas que uso no me garantiza que estoy protegida del coronavirus al cien por ciento”, dice.

Por ahora, Montiel da gracias de no haber perdido el empleo. Sin embargo, señala que actualmente debe trabajar seis días a la semana y sin protección a la altura del problema.

“Lo que más me sorprendió es que la tienda no tomo medidas de seguridad hasta que los trabajadores empezamos a quejarnos, a traer nuestros propios guantes y cubrebocas… entonces ellos sacaron sus mascarillas, pero solo al principio. Ahora ya no nos dan”, dice Montiel.

La trabajadora agrega que, en este mismo almacén al oeste de la ciudad, la gente se sigue conglomerando adentro, y sin el respeto a las medidas de distancia apropiada.

Algunos de los compañeros de la señora han dejado de usar los cubrebocas porque simplemente son difíciles de encontrar y la compañía de empleo no los provee.

“Me gustaría que las compañías tuvieran mas conciencia y nos dejaran de ver como maquinas. Sabemos que algunas tiendas ya están poniendo plásticos de protección entre clientes y cajeros, nos gustaría que nos dieran el tiempo de descanso adecuado porque en eso también están fallando”, dice.

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Otra de las plegarias de Montiel es que los cajeros ya no tengan que recibir dinero, y que la gente pueda pagar con tarjeta, así como el derecho a pruebas gratuitas de coronavirus, y el derecho a un fondo para pagar el cuidado de sus hijos mientras trabajan las horas extras.

Al mismo tiempo que Montiel revela su historia, a través de los Locales Sindicales de UFCW en California, uno 120,000 trabajadores cajeros de tiendas de supermercado y otros 15,000 trabajadores de farmacias de la compañía Kroger (propietario de Food4Less, Vons y Ralphs, entre otras) exigen mayores protecciones durante la crisis por COVID-19.

Estos trabajadores le han pedido al gobernador de California, Gavin Newsom que tome acción ejecutiva para designarlos como personal de emergencia, y le piden a la comunidad que los apoye a través de una petición de firmas que lleva casi 19 mil simpatizantes en el sitio https://p2a.co/y4fuVGl

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La petición se da tras una acción similar a nivel estatal en Minnesota, Michigan y Vermont, en donde los gobernadores clasificaron a los trabajadores de supermercados como personal de emergencia.

La petición al Gobernador Newsom, la cual fue lanzada este fin de semana, es ampliamente circulada en todo el estado, y pide que abarque recesos cada 30 minutos para lavarse las manos; y mejores medidas de control de multitudes para mantener seguros a los trabajadores y clientes.

Kroger, propietario de las cadenas de supermercados, aun no responde a las peticiones extras, aunque señala que muchos trabajadores obtendrán bonificaciones y que las tiendas han ampliado sus pautas de licencia de emergencia COVID-19 para incluir el tiempo libre pagado por autoaislamiento y síntomas, según lo verificado por un profesional de la salud acreditado.

En cada escenario, todos los asociados serán elegibles para recibir su pago estándar por hasta dos semanas.

“Creemos que, al expandir nuestras pautas de licencia de emergencia, más de nuestros asociados pueden sentirse seguros sabiendo que si su salud se ve afectada o si experimentan síntomas de COVID-19, recibirán apoyo mientras permanecen en casa y se recuperan”, dice Tim Massa, vicepresidente senior y jefe de personal de Kroger.

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Para Montiel y otros trabajadores, se necesita un poco mas de esfuerzo de protección de parte de la compañía para una pandemia.

Sean Krane, quien ha trabajado en una tienda Vons por 15 años, sostiene que tiene miedo de llevar el coronavirus a su casa.

“Yo quiero servir a mi comunidad y proteger a mi familia. Pero no me siento seguro al venir a trabajar en estos momentos- estoy trabajando turnos de 12 horas, seis días a la semana y me siento expuesto a este peligroso virus”, dice.

Montiel está de acuerdo con su compañero.

“Yo vivo con mis hijos de 30, 28 y 18 años, también con mis nietos de ocho y cuatro años… ellos son los que más me preocupan porque no me gustaría contagiarlos”, dice la señora, quien tienen un ritual al llegar a su casa.

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“Al salir del trabajo tiro mis guantes, desinfecto mis manos y le pongo alcohol a mi teléfono y mis llaves del auto. Al llegar a la casa dejo los zapatos afuera y no permito que me abracen mis nietos hasta después de darme un baño y cambiar mi ropa”, sostiene.

John Grant, presidentes del local sindical de UFCW 770 en California, afirma que los trabajadores esenciales de tiendas de comercios minoristas han respondido al reto de hacer su parte para servir a los clientes y ayudar a sus comunidades.

“Mientras todo lo demás está cerrando, incluso las playas y los parques, las tiendas de supermercado y las farmacias continúan abiertas. Si no tomamos medidas adicionales de manera pareja en todo California, los clientes y trabajadores se van a enfermar en mayor cantidad”, dice Grant.

“Ahora California debe hacer todo lo que esté a su alcance para mantener a las personas seguras”, indica.

Montiel finaliza: “Nosotros como trabajadores somos esenciales para atender a la gente, tanto podemos ser portadores como alguien nos puede contagiar. Solo pedimos el derecho a la salud”, agrega.

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