El coronavirus abruma a los funcionarios de salud de California, y la esperanza de ‘contención’ se desvanece - Los Angeles Times
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El coronavirus abruma a los funcionarios de salud de California, y la esperanza de ‘contención’ se desvanece

California está luchando por contener el coronavirus en un crucero frente a su costa a medida que aumenta el número de casos confirmados y potenciales en el estado.

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El sonido de un altavoz de la policía sacó a los vecinos de sus hogares para observar un espectáculo inusual en una calle residencial mayormente tranquila: un condado de California intenta obligar a un residente a respetar las órdenes de cuarentena.

Un helicóptero policial sobrevolaba el área, mientras un oficial salió de su patrulla y le ordenó a una anciana que regresara al interior de una casa propiedad de un hombre que murió de COVID-19, un pasajero que podría haberse enfermado en un crucero a México y se convirtió en el primer individuo en el estado en sucumbir al virus.

La lucha por contener el coronavirus en solo un hogar habla de la gigantesca tarea que enfrentan muchos de los 58 condados del estado al tratar de contactar y evaluar a los 1.590 residentes de California que desembarcaron del crucero Grand Princess en San Francisco el 21 de febrero.

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La víctima del condado de Placer estaba en el mismo barco, lo cual crea la posibilidad de que otros pasajeros hayan regresado a casa hace dos semanas con COVID-19.

Los funcionarios estatales obtuvieron la lista de embarque de la compañía de cruceros el miércoles, y comenzaron a informar inmediatamente a 44 condados los nombres de los viajeros potencialmente expuestos que residen en sus áreas.

Pero la iniciativa a nivel estatal comenzó 12 días después de que estas personas regresaran al puerto de San Francisco y se dispersaran en las comunidades locales, con tiempo suficiente para exponer a otros.

Algunos funcionarios reconocieron que la propagación del virus está más allá de su control, y existe una discusión cada vez más fuerte sobre si deberían cambiar de una estrategia de seguimiento de cada exposición potencial a pedirle al público que limite las reuniones sociales.

“Nos estamos moviendo lo más rápido posible para limitar la propagación de la enfermedad”, señaló la Dra. Aimee Sisson, oficial de salud pública del condado de Placer. “Para ser sincera, no nos sorprendería ver una segunda ola de casos relacionados con estos pasajeros de cruceros dada la cantidad de tiempo que ha pasado desde que desembarcaron”.

Dado que se prevén más casos de coronavirus en California, a los funcionarios de salud les preocupa que las personas sin hogar puedan ser especialmente vulnerables a un brote.

Princess Cruises alegó que el hombre fallecido ya tenía el virus cuando abordó. Sisson no concuerda y remarcó que, según la investigación del Condado, el individuo probablemente contrajo la enfermedad durante el viaje.

El estado declaró que aproximadamente una docena de pasajeros en el crucero Grand Princess, que viajó a México y regresó a San Francisco el 21 de febrero, habían dado positivo por el nuevo coronavirus. Las autoridades locales informaron cuatro casos en el condado de Placer, dos en el condado de Contra Costa, dos en el condado de Sonoma y uno en los condados de Santa Cruz, Ventura, Madera y Alameda.

Varios pasajeros entrevistados por Los Angeles Times se quejaron de la falta de comunicación de los funcionarios de salud del Condado, y algunos afirmaron la semana pasada que no fueron contactados por nadie más que la compañía de cruceros y que no pudieron hacerse la prueba del virus.

Heidi Wolter, residente del condado de Napa, llamó al Condado y se identificó como pasajera después de leer sobre un compañero de viaje que había dado positivo en el condado de Sonoma.

La mujer experimentó un dolor de cabeza durante cinco días y sospechaba que su madre anciana podría haber estado en contacto con las víctimas del condado de Placer. No obstante, le costó comunicarse con una enfermera, que no le ofreció ayuda para hacerse una prueba, comentó.

“No quiero asustar a nadie; sólo intento hacer saber que las personas que estuvieron expuestas andan por allí y se están volviendo locas”, expresó Wolter. “Estoy segura de que hay gente del crucero que ni siquiera sabe que no debería estar socializando”.

Según Karen Relucio, oficial de salud pública del condado de Napa, su departamento no estaba al tanto de ninguna preocupación importante sobre el crucero hasta que el estado anunció la primera muerte de un pasajero y entregó el listado de viajeros a los condados.

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Para la funcionaria, cuando el Condado comenzó a hacer llamadas habría considerado a alguien como Wolter de bajo riesgo y se le hubiera recomendado estar atenta a posibles síntomas por dos semanas. “No creo que los departamentos de salud locales estuvieran realmente informados de la gravedad de la situación hasta el miércoles”, explicó Relucio.

Otros condados admitieron que contactar a los pasajeros era una prioridad baja a medida que otras fuentes potenciales de exposición se disparaban en sus jurisdicciones. Los primeros casos de COVID-19 en California se confirmaron en enero y los expertos creen que es posible que el virus haya ingresado al país sin ser siquiera detectado, poco después de que comenzara el brote en China.

Para algunos, el caso de Grand Princess se convirtió en otra señal de que los intentos de detener la propagación exceden las posibilidades. “Para nosotros, debido a que tenemos transmisión comunitaria, muchas personas están expuestas todos los días”, señaló Bela Matyas, Oficial de Salud del condado de Solano.

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El condado de Solano confirmó tres casos de COVID-19, dos de los cuales involucraron a residentes que contrajeron la enfermedad en la comunidad. Un evento confirmado expuso a unas 400 personas, dijo. “Y estas no eran personas particularmente gregarias”, advirtió Matyas. “Entonces, como se puede ver, un puñado de individuos en el Grand Princess no están al frente en nuestra lista de prioridades”.

La funcionaria agregó que el condado de Solano, de tamaño moderado, tiene una unidad de 15 personas que se enfocan en enfermedades transmisibles, pero que otros departamentos han estado ayudando y que el Departamento de Salud Pública del estado, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE.UU y la Base de la Fuerza Aérea de Travis proporcionaron personal adicional.

“Sigue siendo una carga muy grande”, remarcó. “Llevamos ya un buen tiempo trabajando más allá de nuestra capacidad”.

Según Karen Smith, médica de enfermedades contagiosas y ex directora del departamento de salud del estado, la situación refleja la lucha que los departamentos sanitarios del Condado enfrentarán en las próximas semanas a medida que más personas se expongan y resulten positivas.

El sistema de salud pública de California depende en gran medida de los funcionarios del Condado para responder a las epidemias dentro de sus comunidades, anunciar casos confirmados, rastrear contactos conocidos y declarar emergencias.

Los funcionarios de salud pública encabezan la batalla en cada uno de los condados del estado, que varían dramáticamente según la población, la demografía, la ubicación geográfica, el acceso a la atención médica y los recursos financieros.

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Smith y otros afirman que los funcionarios de salud pública están en conversaciones muy serias en todo el estado sobre cuándo las comunidades deberían pasar de ubicar contactos potenciales de un paciente confirmado a pedir en general a la población que permanezca en casa y no se congregue en grupos, lo cual sería reconocer que el virus no puede ser detenido.

“¿Cuándo llegamos al punto en que no podemos seguir haciendo las cosas como hasta ahora?”, se preguntó Smith, quien trabaja como consultora en los condados de Santa Clara y Mendocino. “Lo que queremos es reducir la velocidad del virus -es poco probable que lo detengamos-, para poder brindar una atención médica adecuada”.

San Francisco emitió el viernes una recomendación de distanciamiento social, sugiriendo a los residentes que se queden en casa tanto como sea posible y eviten congregarse en grupos grandes. El condado de Santa Clara, con unos 20 casos confirmados, emitió pautas similares. Smith dijo que el cambio permite a los condados priorizar la prevención de la propagación del virus en centros de salud, hogares de ancianos y otros entornos de alto riesgo.

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En una sesión informativa, el viernes, la Dra. Bárbara Ferrer, directora del Departamento de Salud Pública del condado de Los Ángeles, consideró que por ahora, el Condado tiene la capacidad de realizar el seguimiento de contactos -un método para identificar rápidamente una cadena de transmisión potencial de la enfermedad- en los casos conocidos y mantenerse al día con la demanda.

Pero eso podría cambiar. “Podemos hacerlo en este momento; si ocurre que haya cientos de casos, pasaremos a la mitigación, y nos concentraremos en trabajar con instituciones donde podría haber pequeños brotes”, manifestó.

Ferrer agregó que las medidas más extremas, como cerrar escuelas, cancelar reuniones masivas y suspender el transporte público, se considerarán a medida que crezca el brote. En este momento los funcionarios se sienten seguros de su capacidad para encontrar personas sintomáticas e identificar y poner en cuarentena a sus contactos.

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“Si tenemos muchos más casos... avanzaremos hacia medidas de distanciamiento social más generalizadas, y si hay contagios en lugares como escuelas, donde mucha gente estuvo expuesta y debe ser puesta en cuarentena, se hablaría de posibles cierres”, precisó.

El condado de Solano inicialmente exigió que los expuestos al COVID-19 estuvieran en cuarentena durante 14 días en casa. Pero, según Matyas, el Condado en los últimos días pasó a pedirle a ese tipo de residentes que se queden en casa sólo si desarrollan síntomas.

“Es demasiado tarde para identificar a todos una vez que hay transmisión comunitaria”, agregó. “La verdad es que no tenemos idea de quién estuvo expuesto. En algún momento, decidiremos como estado o nación ir en esta dirección. Debemos decir que [el virus] está aquí y tenemos que proteger a nuestra infraestructura crítica, como los trabajadores de la salud, los servicios de emergencia y las personas frágiles”.

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En Napa, donde no hay casos confirmados de COVID-19, Relucio destacó que un equipo de aproximadamente 20 empleados trabaja en la contención de enfermedades, incluidas seis enfermeras dedicadas a los viajeros que están siendo monitoreados o puestos en cuarentena, lo cual incluye exigir que los residentes envíen fotos de termómetros que muestran su temperatura.

Un laboratorio que atiende a Napa y otros tres condados acaban de recibir kits de prueba de coronavirus el viernes.

“Eventualmente se deja de rastrear porque no hay forma de poder controlar a todos”, observó. “No hay manera de emitir una orden de cuarentena obligatoria para cientos de personas. Esas órdenes son buenas sólo si se controlan”.

La oficina del gobernador Gavin Newsom informó que el Departamento de Salud Pública de California está preparado para desplegar recursos en los condados que solicitan ayuda y ya ha enviado personal a los condados de Placer, Santa Clara y Solano para ayudar a identificar a las personas que han estado expuestas a la enfermedad.

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El personal de salud pública del estado en Richmond y Sacramento también está ayudando con llamadas telefónicas, coordinación y orientación sobre casos individuales. “El estado está haciendo todo lo posible”, aseveró Relucio. “Creo que la información que obtienen es tan buena como la de los CDC. El estado se está moviendo tan rápido como puede, considerando las circunstancias”.

El estado activó sus centros de emergencia en el Departamento de Salud Pública y la Oficina de Servicios de Emergencia, y Newsom declaró la emergencia sanitaria el jueves pasado, para aliviar cualquier restricción regulatoria relacionada con las iniciativas de respuesta.

El presupuesto actual incluye $20 millones en fondos de emergencia que el estado puede usar para responder a la crisis, con otros $20 millones propuestos para el año fiscal que comienza en julio.

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La administración también trabaja con los CDC para asegurar la existencia de kits de prueba adicionales, y recibió autorización la semana pasada para distribuir reservas de emergencia de máscaras faciales a los trabajadores de la salud.

El gobernador también anunció la semana pasada que se requerirían planes de salud para cubrir los costos de las pruebas y otros servicios relacionados con COVID-19, y el laboratorio del estado en Richmond comenzó a procesar pruebas a mediados de febrero.

A pesar de la presión, muchos funcionarios de salud del Condado consideran que el papel del estado es brindar orientación a las comunidades.

“Creo que tiene sentido porque [los condados] conocen bien las comunidades”, dijo Diana Dooley, ex secretaria de la Agencia de Salud y Servicios Humanos de California, y luego jefa de gabinete del gobernador Jerry Brown.

“Todo el mundo quiere una varita mágica o una bala de plata en una circunstancia como esta, pero hay que respetar un proceso; las personas que están en el terreno saben lo que hacen”.

Las reporteras de planta Anita Chabria, Emily Baumgaertner y Soumya Karlamangla contribuyeron con este artículo.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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