Un programa de alojamiento para jóvenes de crianza temporal se cierra después de ser vinculado a una investigación por asesinato
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Los funcionarios del condado cerraron el mes pasado un programa de vivienda para unos 50 jóvenes-adultos en transición de salir del cuidado de crianza después de enterarse de que una unidad en un edificio de apartamentos de La Verne en donde vivían varios de ellos era el presunto sitio en donde se cometió un asesinato y de una investigación de tráfico de personas, según las autoridades y documentos judiciales.
Una niña menor que se había escapado de una casa de acogida se encontraba entre las cuatro personas arrestadas y acusadas en relación con el asesinato de John Águila, cuyo cuerpo quemado fue encontrado en Upland el 23 de agosto, dijo el teniente Travis Tibbetts del Departamento de Policía de West Covina.
La investigación de homicidio condujo a la policía a la unidad de apartamentos de La Verne, donde Águila había sido conducido después de que él “participó en una conversación relacionada con la solicitud de prostitutas” a través de mensajes de texto, según una orden de registro emitida el 26 de agosto por un juez del Tribunal Superior del Condado de Los Ángeles en Pomona.
Los investigadores creen que Águila, un bombero estacional de 28 años de West Covina, fue asesinado en la unidad y su cuerpo fue arrojado y quemado en Upland, de acuerdo con la orden judicial y la denuncia penal. La unidad de apartamentos también fue el sitio de una investigación sobre posible tráfico de personas y prostitución, según la orden.
Jóvenes de crianza no vivían en la unidad donde la policía cree que Águila fue asesinado, dijeron funcionarios del condado.
Elijah Thomas Rouse, de 18 años, y Shaun Cardarelli, de 37, fueron acusados de asesinato durante el intento de un robo. Davone Anthony Smith, de 26 años, ha sido inculpado de ser cómplice del asesinato. Un joven de 16 años fue imputado en un tribunal de menores por asesinato y robo, según la oficina del fiscal de distrito del condado de Los Ángeles.
Los funcionarios del Departamento de Servicios para Niños y Familias del condado y el fiscal de distrito se negaron a comentar sobre los vínculos del menor con el sistema de cuidado de crianza y el caso penal, citando la confidencialidad de los procedimientos de los tribunales de menores de crianza.
Titulares de Hoy
El cierre abrupto del programa de vivienda de transición para adultos jóvenes de 18 a 21 años se produjo casi inmediatamente después de que Bobby Cagle, director de Servicios para Niños y Familias, dijera que se enteró de la investigación del asesinato el 18 de noviembre.
El programa, administrado por la organización sin fines de lucro David & Margaret Youth and Family Services, es uno de los varios en el condado que ubican a los adultos jóvenes en el sistema de cuidado de crianza en apartamentos y los ayudan a continuar su educación, obtener empleos y aprender a vivir de manera independiente.
En el momento del cierre, el condado citó “preocupaciones de seguridad” en su decisión, pero no dio más detalles.
El cierre de noviembre envió a los jóvenes adultos a buscar viviendas alternativas. Diecisiete de ellos, seis viviendo en el edificio de apartamentos de La Verne donde se cree que ocurrió el asesinato y 11 en otros apartamentos cercanos, sólo tenían tres días para mudarse. A otros 39 adultos jóvenes que fueron atendidos por el mismo programa en otras ciudades no se les dio una fecha límite inmediata.
El condado también terminó un programa de refugio de emergencia diferente dirigido por David y Margaret en su campus de La Verne, un complejo de oficinas y casas residenciales. Ese programa sirve a niñas y mujeres menores de 21 años que no pueden ser ubicadas en ningún otro lugar y que a menudo tienen una larga historia de trauma, incluidas las víctimas de violencia y tráfico sexual.
“La información que recibí de las fuerzas del orden público me llevó a aumentar la preocupación acerca de los jóvenes atendidos por David y Margaret”, dijo Cagle. “Esto también es realmente un efecto acumulativo... Hemos tenido inquietudes continuas”.
Cagle dijo que las preocupaciones acerca de la “explotación sexual de niños” se tomaron en cuenta en su decisión, que realizó junto con el personal de la Supervisora del Condado de Los Ángeles, Kathryn Barger, cuyo distrito incluye a La Verne.
“En la medida de lo posible, tratamos de asegurarnos de que todos nuestros hijos sean ubicados en un lugar que no sea propicio para que participen en actividades delictivas”, dijo Cagle. Pero, agregó, “los jóvenes se escapan de nuestra custodia y durante esos períodos de tiempo están en mayor riesgo”.
Charles Rich, director ejecutivo de David y Margaret, dijo que la niña fugitiva se había quedado anteriormente en el refugio de emergencia de su organización, pero que ya no estaba bajo su cuidado al momento de su arresto.
“Los jóvenes en ese programa tienen antecedentes muy traumáticos y experimentaron muchos problemas en sus vidas”, dijo Rich.
Inmediatamente después de que la policía registrara el apartamento de La Verne en agosto, los cuatro jóvenes de crianza temporal que se encontraban en el edificio en ese momento fueron trasladados a apartamentos en otros lugares, según los funcionarios de Rich and Children and Family Services. Dos de ellos luego decidieron regresar.
Cagle dijo que no tenía conocimiento sobre la investigación del asesinato en agosto o su “relación con nuestros jóvenes” hasta su contacto en noviembre con la policía de La Verne.
“Para ser honesto con usted, no creo que supiera que movimos a esos niños por ese período temporal”, dijo, refiriéndose a los hechos de agosto. Los trabajadores sociales del condado fueron informados de los movimientos por el personal de David y Margaret, indicó una portavoz del Departamento de Servicios para Niños y Familias en un correo electrónico.
El programa de refugio de emergencia, que alberga a niñas y mujeres menores de 21 años en entornos residenciales en el campus de David y Margaret en La Verne, ha despertado alarmas entre los funcionarios del condado, los defensores de los jóvenes y la policía local. El programa, destinado a ofrecer una estación de camino hacia una ruta para una ubicación más permanente, sirve a algunos de los jóvenes más vulnerables en hogares de guarda; una parte importante de ellos se escapa o se queda más tiempo de lo que se supone porque el condado no puede encontrar una ubicación alternativa para ellos.
El campus generó más de 1.000 llamadas policiales en 2017, y un poco menos que eso en 2018 y 2019, según los datos proporcionados por la policía de La Verne. El jefe Nick Paz ha planteado el problema varias veces con los funcionarios de Servicios para Niños y Familias y la oficina de Barger.
Cagle dijo que su agencia había tomado una variedad de acciones para “tratar de hacer que funcione [el programa de David y Margaret]”, incluida la colocación de trabajadores sociales del Departamento de Servicios para Niños y Familias en el campus, la capacitación del personal de la organización sin fines de lucro y vincular a la policía con los sistemas del condado para abordar la trata de jóvenes.
Rich reconoció que el refugio de emergencia había sido una fuente de dificultades continuas y que sabía que podría tener que cerrar.
Pero, dijo, no estaba al tanto de las llamadas de la policía o las quejas sobre los jóvenes alojados en apartamentos a través del programa de vivienda de transición por separado. Ese programa alberga a jóvenes que generalmente deben asistir a la escuela o trabajar, lo que los hace relativamente más estables. Sólo hay alrededor de 500 camas en el programa en todo el condado, y la demanda supera con creces la oferta.
Cerrar el refugio de emergencia “básicamente atiende las llamadas de la policía y los fugitivos”, señaló Rich. “¿Por qué necesita cerrar y desarraigar el programa de vivienda de transición?”.
Cagle dijo que los problemas se extendieron a ambos programas y que tenía razones para creer que los jóvenes alojados en los edificios de apartamentos de La Verne podrían estar en riesgo de sufrir daños graves.
Manifestó haber sopesado la seguridad de los jóvenes contra la agitación que sabía que resultaría al pedir que se mudaran, e instruyó al personal a trabajar con los chicos para identificar nuevas ubicaciones y ayudarlos a la transición, como contratar compañías de mudanzas o proporcionar transporte a la escuela o trabajos.
“Ningún joven se ha quedado sin hogar bajo esta situación”, dijo Cagle.
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