Bajo la consigna de ‘resistir’, las mujeres se toman el Grand Park de L.A. demandando igualdad
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LOS ÁNGELES — En un mar de camisas rojas, carteles en mano y animadas por la música desde el escenario, las mujeres en Los Ángeles se tomaron el Grand Park, frente al ayuntamiento local, enviando un mensaje al presidente Donald Trump y a la sociedad para generar más espacios para ellas.
“¿Dónde están las mujeres?”, preguntó Cristina Pacheco desde el estrado principal. La respuesta fue un grito sonoro de más de 800 féminas congregadas bajo los rayos del sol, para celebrar el Día Internacional de la Mujer, que desde 1977 se festeja a nivel mundial.
En las camisetas y pancartas la palabra reiterativa era “resistir”, misma que se encontraba como etiqueta para las redes sociales en una decoración de flores rojas, rosadas y blancas sobre la calle Spring, que era utilizada por los participantes como fondo para fotografías.
“Esto empezó después de la elección y no vamos a parar, necesitamos hablar en voz alta para que se nos escuche”, explicó Emiliana Guereca, fundadora de la Marcha de Mujeres L.A., sobre el trasfondo del mensaje en el también denominado “día sin mujeres”.
Guereca aseguró que la gente vistió de rojo para ver el impacto en el tejido social, al tiempo que lamentaba la falta de representantes en posiciones de poder. La presencia, sin embargo, es notable en los negocios, educación y salud, aunque los superiores siguen siendo hombres.
“¿Qué tal si todas las mujeres no producen nada?”, reflexionó.
En el Condado de Los Ángeles residen 9.8 millones de personas, de ellas más de la mitad son mujeres, es decir 4.9 millones (50.7%), mientras que del sexo masculino son 4.8 millones (49.2%).
“Podemos hacer el mismo trabajo que un hombre”, indicó Jennifer García, quien portaba un cartel con las palabras “organizar, persistir, agitar”. Junto a una amiga acudió a la concentración para dejar claro que “soy una mujer con mucha fuerza y estamos aquí para darnos voz”.
La fiesta también incluyó a los comerciantes informales. En los espacios en que la música sonaba, el público se ponía a bailar. Otros aprovechaban para comprar.
Las banderas pequeñas se comerciaban a 5 dólares, las grandes a 10. También habían camisas a $10, con la inscripción “derechos de las mujeres, derechos humanos”, éstas se vendían en color blanco y rosado. Los tradicionales ‘hot dogs’ eran comprados a $4.
Angélica Ortega, con una mascota en la mano, viajó desde Rancho Domínguez junto a su esposo. Según explicó, hizo el tiempo para llegar porque quiere darle un giro al estribillo que estigmatiza a su género. “Piensan que las mujeres somos débiles, pero no es así”, se defendió.
Después de fotografiarse en el mural de flores, la concejal Nury Martínez acudió a la concentración. Esta política, hija de inmigrantes mexicanos, es la única mujer en un concilio de 15 puestos. Con las elecciones de ayer, ella espera que se sume una mujer más.
A nivel del condado, desde finales de 2016, las mujeres controlan el 80% de los puestos de supervisores. Antes tenían solo el 40% en una junta de cinco miembros, donde el único hombre es Mark Ridley-Thomas.
“La mujer no solo está criando a su familia, las vemos en los negocios, en la política y en el sector laboral”, indicó la concejal Martínez, representante del Distrito 6 de la ciudad de L.A.
En ese sentido, la funcionaria considera que “las elecciones de noviembre nos han dejado muy preocupados, hemos visto como el presidente ha atacado a las minorías, a las mujeres en particular, [pero] estamos tratando de organizarnos para demostrar la resistencia”.
Un trabajo mal pagado entre las mujeres
Las concentraciones de mujeres se extendieron por todo California, en donde se realizaron 9 en total, y en Estados Unidos en general. El mensaje fue el mismo y sirvió para demandar el rompimiento con los patrones que las han puesto en una posición poco valorada.
No es para menos, según el Foro Económico Mundial la brecha entre hombres y mujeres tardará 118 años en cerrarse, de acuerdo a un informe sobre la Brecha de Género Global.
Ese organismo sostiene que para el año 2133 finalmente los ingresos en las féminas será igual a lo que gana los hombres. En la Unión Americana la brecha es del 64%, eso significa que las mujeres ganan más o menos dos tercios de lo que los hombres perciben por un trabajo similar.
Phumzile Mlambo-Ngcuka, directora ejecutiva de la Organización de las Naciones Unidad (ONU) Mujeres, planteó que el cambio es urgente, porque las niñas y sus madres sostienen a la familia con trabajo sin paga y su trayectoria de vida es muy distinta a la de los hombres en el hogar.
“Tenemos que iniciar el cambio en el hogar y en la etapa escolar más temprana, para que no haya ningún lugar en el entorno de una niña o un niño donde aprendan que las niñas deben ser menos, tener menos y soñar a menor escala que los varones”, exhortó.
Es preciso que todas las partes hagan ajustes, agregó, si se desea aumentar el número de personas que puede obtener un trabajo decente, lograr que ese conjunto de personas sea inclusivo y hacer realidad los beneficios para todas y todos.
“Para hacer frente a las injusticias se necesita resolución y flexibilidad por parte de quienes emplean tanto del sector público como del privado. Será preciso ofrecer incentivos para contratar y retener a las trabajadoras”, exhortó Mlambo-Ngcuka entre otros desafíos.
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