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Decisión histórica: inmigrantes guatemaltecos podrán votar para presidente desde el exterior

Después de 30 años de haberse instaurado la democracia en Guatemala, el Congreso aprobó una reforma electoral en la que se estableció que los inmigrantes de esa nación por primera vez ejercerán el derecho al voto desde el exterior, como resultado de la presión de líderes en Estados Unidos.

Esta decisión histórica generó euforia en un sector de la comunidad chapina en la Unión Americana; sin embargo, otros creen que la modificación al artículo 1 de la Ley Electoral y Partidos Políticos todavía quedó en deuda con la diáspora porque no tienen el derecho para elegir a congresistas.

En la enmienda, aprobada el 1 de marzo anterior, se establece que los guatemaltecos tendrán el derecho al voto en el extranjero “para elegir presidente y vicepresidente”, el cual se implementará en los comicios de 2019, cuando concluya la gestión del mandatario Jimmy Morales.

“Esta reforma está condicionada, nosotros queremos votar también por diputados y tener el derecho a ser elegidos, exigimos que nos den al menos cinco curules [en el Congreso] a los migrantes”, indicó a HOY Aroldo Ramírez, vicepresidente de la Coordinadora de Organizaciones Guatemaltecas en Los Ángeles (Cogla).

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Giovanni Bautista, director de la revista La Voz del Inmigrante en L.A., plantea que mejorar la emisión del Documento Personal de Identidad (DPI) en EE.UU. será clave, porque en la actualidad el servicio es deficiente y solo se emite en cinco de los 15 consulados en suelo estadounidense.

Con el DPI los chapines se podrán empadronar; por lo tanto, el periodista guatemalteco considera que “las personas que no tengan ese documento y quieran votar no podrán ejercer su derecho. Habrá frustración y se anticipa que la participación en el primer evento electoral sea baja”.

En el 2007 se incrementó el debate para implementar el voto de los inmigrantes; no obstante, la elección de Morales, en el 2015, aceleró la aprobación de la reforma, manifestó a HOY Cristhians Castillo, politólogo de la Universidad de San Carlos (USAC), en entrevista telefónica.

A criterio del analista político, el excomediante tuvo un gran apoyo de la diáspora guatemalteca durante la campaña electoral, factor que terminó inclinando la balanza a su favor y en lo que han puesto atención los parlamentarios para resolver el debate que se había postergado.

“La decisión es más por pragmatismo que por interés en la modernización de la reforma electoral”, aseguró el experto del Instituto de Problemas Nacionales de la USAC, detallando que todavía deberá definirse en qué distrito van a votar los inmigrantes y cómo van a definirse las juntas electorales.

Con este cambio, también queda en el aire establecer el método de votación, el presupuesto para el proceso y la logística para el empadronamiento, conclusiones que se obtendrán de una mesa técnica que coordinará el Congreso y el Tribunal Supremo Electoral (TSE).

En ese proceso, intervendrá el Ministerio de Relaciones Exteriores y el Registro Nacional de las Personas (Renap).

“De momento se espera que [el método de votación] sea en los consulados o embajadas, si la mesa determina otro proceso que sea viable así será”, indicó a HOY Paul Briere, diputado y presidente de la Comisión del Migrante, quien participará en la discusión en representación del Parlamento.

A juicio de Walter Batres, coordinador de la Red Migrante Guatemalteca, en el debate que se avecina deberá tomarse en cuenta a las organizaciones comunitarias en el exterior, al plantear que representan los intereses de la diáspora y pueden aportar sus experiencias en la mesa técnica.

De acuerdo al Centro Pew, en el 2013 vivían 1.3 millones de personas de ascendencia guatemalteca en la Unión Americana.

“Ahora nos tienen que ver como una fuerza política”, advirtió Batres, activista que enarboló una campaña en contra del saliente mandatario Otto Pérez Molina y respaldó a Jimmy Morales, junto a conglomerado de organismos locales en el Sur de California.

En la región centroamericana, Honduras implementó el voto en el exterior por medio de urnas en el 2001. Ese mismo modelo es utilizado por Costa Rica, mientras que El Salvador tiene el voto postal; en estos dos países se autorizó por primera vez en el 2014.

Entretanto, los chilenos tienen en marcha un proyecto de ley de voto foráneo, sometido en octubre de 2015 por la presidenta Michelle Bachelet, el cual se encuentra en manos del Congreso. De lograrse su aprobación, en el continente solo quedaría Nicaragua y Uruguay sin este derecho.

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