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Amenaza de bomba en el LAUSD fue broma, pero padres exigen más seguridad

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Entre el pánico y la incertidumbre por la amenaza de bomba en las escuelas del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD), padres de familia y activistas comunitarios exigieron más seguridad para los más de 900 planteles en la región, que alegan están desprotegidos.

“Tiemblo de miedo y tiemblo de rabia porque me doy cuenta de lo vulnerable que somos en una situación como esta”, dijo Karina López, activista comunitaria y madre de un hijo en LAUSD.

Según la activista, la administración de LAUSD tiene muchas fallas y no está preparada para un ataque, “ya que las autoridades educativas no le informan a los padres de familias sobre los planes que tienen para proteger a sus hijos”, sostuvo López.

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“La seguridad empieza de adentro hacia afuera, o sea de la administración en tener una buena comunicación con los padres, pero eso nunca sucede”, dijo López.

El cierre vino luego de que los dos sistemas escolares más grandes de Estados Unidos —el de la ciudad de Nueva York y el de Los Ángeles— recibieron amenazas el martes de un ataque yihadista en gran escala con armas de fuego y bombas, y la ciudad californiana decidió cerrar todo el distrito escolar, mientras que los neoyorquinos minimizaron la advertencia y sí abrieron.

La suspensión de clases en Los Ángeles fue un ejemplo inusual de una ciudad estadounidense de gran importancia que cierra todo su distrito escolar por temores de un ataque.

En Los Ángeles, la amenaza llegó en un correo electrónico dirigido a un miembro de la junta escolar. Las autoridades en Nueva York reportaron haber recibido el mismo correo “genérico” y decidieron que los alumnos no corrían peligro. El alcalde de esa ciudad Bill de Blasio concluyó que la amenaza “no tenía nada de creíble”.

“Era muy estrambótica”, señaló.

En Los Ángeles la medida obligó a cerrar abruptamente más de 900 escuelas públicas y 187 de las llamadas escuelas chárter —escuelas públicas a las que se les da mayor flexibilidad en sus operaciones, a cambio de una mayor rendición de cuentas en su desempeño académico— a las que asisten 640.000 estudiantes de toda la ciudad.

Posteriormente se anunció que el distrito escolar de Los Ángeles reabrirá más de 1.500 escuelas el miércoles. El alcalde Eric Garcetti dijo que el FBI llegó a la conclusión de que la amenaza no es creíble.

El funcionario indicó también que el móvil del correo electrónico sigue siendo un misterio.

El amenazador mensaje de 360 palabras advertía que las escuelas serían atacadas con bombas en ollas de presión, agentes neurotóxicos y ametralladoras. Afirmaba que el que lo escribía y “138 camaradas” lo llevarían a cabo.

Los estudiantes “en todas las escuelas de la ciudad de Nueva York serán masacrados, sin misericordia. Y no hay nada que ustedes puedan hacer para detenerlo”, agregaba.

Tras el acelarado cierre de escuelas, varias madres en Los Angeles se quejaron de escuelas sin guardias seguridad en las puertas principales, la falta de revisión de mochilas, la falta de cámaras de video en lugares clave y el escaso entrenamiento para el personal escolar en caso de un ataque.

Carmerina Pérez dijo que la falta de personas en las entradas de los planteles es preocupante ante escenarios de violencia.

“Usted puede ir a meterse en cualquier escuela que desee y nadie la va a detener. Hay tanto padre y tanto niño que los pocos guardias de seguridad ni se dan cuenta quién entra. Lo peor es que muchas puertas se quedan abiertas y el acceso es fácil”, dijo Pérez, su hijo asiste a la Escuela Primaria Malabar.

Vania Valencia, madre con un hijo en la Preparatoria Roosevelt, sostuvo que el personal de seguridad en actividades que ocurren después de las horas escolares, también es escasa.

“El 4 de diciembre hubo en un evento en Roosevelt. Yo me fui a asomar y vi que no habían ni guardias ni policías y ya era noche. Es un hecho que no podemos esperar que ocurra una desgracia para movilizarnos y pedirle a los funcionarios que tomen cartas en el asunto”, dijo Pérez.

Respecto al cierre, las madres de familia destacaron estar de acuerdo con la decisión del superintendente Ramón Cortines en cerrar todas las escuelas.

“Preferimos ver a nuestros hijos en la casa que llorarles por no haber escuchada una amenaza dijo Estela Ramírez.

No obstante, los padres de familia exigieron que cada distrito convoque a juntas y no tomar las amenazas como bromas en un momento donde y de esa manera evitar hechos como la masacre de San Bernardino donde murieron 14 personas y otras 21 resultaron heridas.

Apoyaron la decisión de Cortines

El móvil del correo electrónico sigue siendo un misterio, pero una investigación en curso revela que se trata de un escritor anónimo que decía ser un estudiante de una secundaria que había sido víctima de acoso escolar.

La persona también afirmaba ser un yihadista, pero cometió errores que dejaban entrever que en realidad era un bromista, incluido el escribir la palabra “Alá” con minúscula inicial y no mencionar el Corán.

“Es muy fácil criticar una decisión con base en resultados que no podría haber sabido nunca el que tomó la decisión”, dijo Charlie Beck, jefe de la policía local, en una conferencia de prensa.

El sur de California, agregó, “ha pasado por mucho en las últimas semanas. ¿Deberíamos arriesgar a que nuestros niños pasen por lo mismo?”.

Los correos electrónicos llegaron en forma simultánea a las autoridades escolares de Nueva York y Los Ángeles el martes a la 1:20 de la madrugada aproximadamente, hora del Este, que eran alrededor de las 10:20 de la noche del lunes en California.

La persona que envió la amenaza utilizó un “anonimizador”, el cual utiliza un servidor intermediario con el fin de encubrir el origen del tráfico en internet, y el correo electrónico fue canalizado a través de una dirección de un proveedor de internet alemán, de acuerdo con un funcionario policial al tanto de la investigación que pidió guardar el anonimato porque no está autorizado a hablar sobre una pesquisa abierta.

A nivel local, no solamente padres de familia calificaron el cierre como medida preventiva eficaz, también el superintendente estatal de Instrucción Pública, Tom Torlakson, declaró que su oficina se encuentra trabajando con LAUSD para prevenir la pérdida de millones de dólares en fondos estatales debido al cierre.

La cantidad de dinero que recibe cada plantel depende del número de estudiantes que asisten a diario a clases.

“La creación y el mantenimiento de ambientes seguros para nuestros estudiantes, maestros, padres de familia, administradores y empleados clasificados es nuestra prioridad”, dijo Torlakson.

LAUSD cuenta con un poco menos de 700 mil estudiantes y más de mil empleados.
“Urjo a los distritos revisar sus planes de seguridad para asegurarse de que están actualizados”, sostuvo Torlakson recalcando que ha instruido a sus oficinas a trabajar con LAUSD.

Entre los que apoyaron el cierre se encuentran varios concejales de la ciudad de Los Ángeles.

La concejal Nury Martínez, llegó con su hija de 6 años de edad al ayuntamiento de la ciudad, diciendo que no tuvo otra opción que cuidar de su hija en el trabajo.

“Dado el incidente de San Bernardino, creo que todos en el área de Los Ángeles estamos en alerta. Creo que la seguridad de nuestros niños es primero y LAUSD hizo lo correcto”, dijo Martínez.

Para el concejal Jose Huizar, quien fue miembro de LAUSD entre el 2001 y el 2005, las amenazas de bomba son incidentes regulares en el distrito.

“Yo le pediría al público que entienda que dadas las circunstancias en San Bernardino y los incidentes internacionales, y lo que esta inconveniencia pueda causar, todo se hace para proteger las vidas de nuestros estudiantes”, dijo Huizar.

El concejal Gil Cedillo dijo que no tenía problemas en las decisiones tomadas por el LAUSD , sosteniendo que “fueron motivadas por el deseo de estar atentos en medio de un ambiente donde prevalecen los discursos de odio”.

Maria Brennes, directora ejecutiva de InnerCity Struggle, una organización sin fine de lucro que aboga por los derechos de los estudiantes destacó que la decisión fue efectiva.

“Yo escuché las noticias por la televisión y estaba sorprendida de escuchar lo que se decía, pero saber que las autoridades fueron proactivas es un alivio para todos”, dijo Brennes.

Sin embargo,William Bratton, comisionado de la policía de Nueva York consideró que el cierre de las aulas era una “reacción excesiva significativa”.

“No podemos permitirnos elevar los niveles de miedo”, afirmó Bratton, que fue director del Departamento de Policía de Los Ángeles.

Bratton agregó sarcásticamente que aparentemente el que la mandó había visto mucho el programa “Homeland”, de la cadena televisiva Showtime.

Josh Earnest, portavoz de la Casa Blanca, dijo que no cuestionaría las decisiones tomadas en Los Ángeles y Nueva York.

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