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Inculcan la conciencia de la lectura en la niñez de Wilmington

Miles de familias asistieron al Quinto Festival del Libro “Fall Into Literacy”, o El otoño es para la lectura, que busca crear conciencia en las familias y principalmente en la niñez sobre la importancia del conocimiento a través de los libros.

El evento se realizó en el Museo Banning de la ciudad de Wilmington, comunidad que pertenece zona metropolitana de Los Ángeles, donde se estima que el 80% de los estudiantes viven en la pobreza y enfrenta dramáticas brechas de alfabetización antes de ingresar al kindergarten.

César Guerrero, coordinador educativo de United Way, organización patrocinadora del evento, dijo que la alfabetización es un factor clave para ayudar a terminar con la pobreza generacional para muchas familias de bajos recursos.

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“Por esta razón nos hemos asociado con organizaciones sin fines de lucro, patrocinadores y la oficina de concejal [Joe] Buscaino para llevar a cabo esta feria del libro local y obsequiar libros”, agregó Guerrero.

En el Festival del Libro que ya se está convirtiendo en toda una tradición en la zona, participaron más de 30 agencias comunitarias, trece escritores locales y los populares personajes infantiles Curious George y Madeline.

Los organizadores indicaron que cerca de cuatro mil libros fueron entregados a cerca de tres miles familias del área y sus alrededores de 10 a.m., a 3 p.m. el sábado 10 de octubre.

Además, los héroes de la tarde, que eran los niños asistentes, tuvieron la oportunidad de llevarse sus libros firmados por los autores, ser parte de las charlas y todas las actividades relacionadas a la educación y la familia, incluyendo la ambientación musical realizada por el grupo Cambalache.

Wilmington es una ciudad ubicada a unas 24 millas al sur del centro de Los Ángeles y es una de las áreas más afectadas por la economía, donde la mayoría de los residentes son latinos y afroamericanos.

Según un reciente estudio de la universidad UC Berkeley, los niños latinos de bajos ingresos, en comparación con los estudiantes blancos, están atrasados en el desarrollo del lenguaje a la edad de dos años – una brecha de casi 30 millones de palabras a la edad de tres años.

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