“Lamentamos comunicarles su deceso el dÃa domingo 12 de diciembre a las 6:15 am. (Hora de México). Fue un honor y un gran orgullo compartir con todos una gran trayectoria de música y darlo todo por su público. Gracias por seguir aplaudiendo, gracias por seguir cantando. #ChenteSigueSiendoElReyâ€. Con estas palabras despiden en las cuentas oficiales de Chente al “Charro de Huentitánâ€.
“Mientras el público me aplauda, yo sigo cantandoâ€. Esta es una de las frases que el legendario artista mexicano soltaba cuando se le preguntaba por sus planes de retiro, incluso en los últimos años, cuando su precaria salud, agobiada por dos guerras contra el cáncer y un embolismo pulmonar, entre otras cosas, lo obligó a retirarse de sus amados escenarios.
Sin embargo, Vicente Fernández, el único que quedaba vivo de los grandes cantantes de toda una era del cine mexicano, tenÃa razón. Ni siquiera en un dÃa como hoy, en el que su amada Cuquita, sus hijos, sus nietos, sus bisnietos y sus fans lloran su muerte, ocurrida tras su regreso a terapia intensiva luego de permanecer internado en un hospital de Guadalajara desde el mes de agosto, la voz de “El Charro de Huentitán†ha dejado de entonar esas canciones del folklore mexicano que lo convirtieron en eterno.
Y es que al conocerse que Fernández habÃa fallecido, las notas que salÃan de su prodigiosa garganta han llenado el vacÃo que su fallecimiento ha dejado en el corazón de todos los mexicanos y de los amantes de la música mexicana en el mundo entero.
El Ãdolo de la potente voz, el traje de charro impecable, el bigote pronunciado y la sonrisa amable, ha muerto. Luchó por su vida durante varios meses, tras estar internado en terapia intensiva, luego de que se le practicara una cirugÃa de urgencia a consecuencia de un traumatismo raquimedular (fractura de nuca o cuello), que se originó tras una caÃda en su habitación en el rancho Los Tres Potrillos, en Guadalajara.
Dejó de existir a los 81 años, y ahora, el mundo de habla hispana llora su partida. “Acá entre nosâ€, “Por tu maldito amorâ€, “Lastima que seas ajenaâ€, “La ley del monteâ€, “Estos celosâ€, “De qué manera te olvido†y “Me voy para siempre†comienzan a tener un nuevo significado en la vida de sus fans, que ya comienzan a escucharlo en la radio como parte del tributo que la industria musical le rinde a esta estrella que se apaga para jamás “Volver, volver†a los escenarios.
The last of Mexico’s crooning matinee idols, the self-taught troubadour recorded more than 50 albums, all in Spanish, and sold tens of millions of copies.
“Chente†nació en 1940, un 17 de febrero, mes significativo para el amor y la amistad, dos palabras que han formado parte de muchas de las letras de las canciones que entonó en su largo recorrido por los escenarios y de los guiones que tuvo que aprender durante su carrera como actor de cine.
Aunque su último concierto fue en el Estadio Azteca de Ciudad de México, en 2016, su última presentación en vivo se dio realmente el 15 de noviembre de 2019 en Las Vegas, donde compartió el escenario de los Latin Grammy con su hijo Alejandro y su nieto Ãlex.
Esa noche inolvidable, “Chente†cantó y mostró que su garganta seguÃa intacta; ya se habÃa retirado de los conciertos, pero no de los estudios de grabación, porque habÃa voz para rato, como lo demostró en el último material discográfico que sacó a la luz en 2020, “A mis 80’sâ€, un álbum con el que, además de celebrar la vida, demostró su vigencia y su capacidad artÃstica pese al paso de los años.
Con valentÃa y el apoyo de su familia y de los fans, Fernández enfrentó varios problemas serios de salud en los últimos tiempos, pero se pudo recuperar siempre satisfactoriamente, incluso cuando fue diagnosticado con un cáncer de hÃgado en 2012, lo que hizo que perdiera el 40 por ciento de su órgano hepático. 10 años antes, habÃa vencido también al cáncer de próstata.
En 2013, sufrió una tromboembolia pulmonar, que fue tratada durante cinco dÃas en un hospital. Ocurrió justamente cuando estaba llevando a cabo su gira del adiós de los escenarios, y la grave condición lo obligó a suspender el recorrido porque debÃa ser internado. A finales de ese mismo año, lo operaron de una rodilla.
En abril de 2015, fue sometido a una cirugÃa abdominal de urgencia debido a una hernia ventral. En julio de este año, las alarmas volvieron a encenderse cuando fue internado en el hospital debido a una infección en las vÃas urinarias y malestar gastrointestinal, aunque luego fue dado de alta y enviado a su casa.
No cabe duda de que, en medio de todos sus males, Fernández siempre fue un guerrero fuera del escenario y un Ãdolo de multitudes sobre el entarimado, a pesar de que en varias ocasiones tuvo que poner en pausa la potente voz con la que conquistaba a su público de diversas generaciones y nacionalidades.
Nacido para cantar
Fue justamente esa voz magistral, que asomaba en la del pequeño Vicente, lo que hizo pensar a su mamá Paula Gómez que aquel niñito de 8 años tenÃa alguna posibilidad de cumplir su palabra cuando le pronosticaba su futuro. “Uno de mis primeros recuerdos es estar viendo a Pedro Infante en la televisión mientras le decÃa a mi mamá que iba a ser como élâ€, declaró Fernández en una entrevista.
De su padre Pedro heredó la ética laboral, pero fue la guitarra que le consiguió su madre la que le dio el pasaporte para alcanzar sus sueños. La familia pasaba aprietos económicos, que fueron acrecentados por la vida urbana que la creciente Guadalajara le iba imprimiendo a Huentitán El Alto, el pueblo en las afueras de la ciudad donde Vicente Fernández nació el 17 de febrero de 1940.
A los 14 años, decidió que estaba listo para enfrentar al público y participó en un concurso de canto en Guadalajara. Ganó y terminó de enamorarse de la ‘cantada’. Por 10 años cantó en público. Primero fueron fiestitas familiares, después bodas y celebraciones más grandes. Probó suerte de este lado de la frontera. Regresó a México. Para ganarse la vida trabajó como albañil, personal de limpieza, mesero.
Era ese el empleo que más le gustaba, porque mientras servÃa los platillos a los clientes, también les regalaba canciones. Los aplausos y las propinas se multiplicaban, pero la posibilidad de vivir solo de la música se le escapaba. En 1963, el cáncer le robó a su madre, cuando ella tenÃa apenas 47 años. Nada volvió a ser igual y Vicente maduró de un golpe. TenÃa apenas 23 años cuando se casó con su vecina MarÃa del Refugio “Cuquita†Abarca Villaseñor.
Un año después estaba cantando con los mejores mariachis de Guadalajara. Al siguiente decidió probar suerte en la Ciudad de México. Ejecutivos de la industria discográfica lo recordaban tocando puerta tras puerta en entrevistas, pero el mercado de la ranchera estaba saturado. y los “Tres Gallos†eran más que suficientes. Con Jorge Negrete, Pedro Infante y Javier SolÃs en lo mejor de su carrera, no habÃa espacio para otro, por más bueno que fuera.
Finalmente, su persistencia le abrió un espacio en la estación de radio XEX, la más popular del paÃs en esa época.
El cuarto gallo
El 19 de abril de 1966, la trágica muerte de Javier SolÃs, por complicaciones durante una operación de la vesÃcula, abrió un espacio para un nuevo artista masculino en la ranchera. Allà estaba Vicente, listo para dejar una marca indeleble en la historia de la música latinoamericana.
Ese verano firmó un contrato con CBS México (actualmente Sony Music) y grabó su primer disco. “Tu camino y el mÃo’â€, “Perdóname†y “Cantina del barrio†fueron sus primeros éxitos. Luego siguieron otros, como “Soy de abajoâ€, “Ni en defensa propia†y “Palabra de reyâ€. México tenÃa su cuarto gallo.
La década de los 70 fue una época triunfal para él. Su primer álbum fue titulado aptamente “La voz que estabas esperandoâ€, esa voz que incluso en sus momentos de mayor potencia parecÃa acariciar y que hizo a millones en el mundo sentirse orgullosos de ser mexicanos y/o latinoamericanos. Sus siguientes álbumes, con tÃtulos como “El reyâ€, “El hijo del pueblo†y “Para recordarâ€, se vendieron como pan caliente.
En esa época nacieron sus hijos Vicente Jr., Gerardo y Alejandro. También probó suerte como actor en la pelÃcula “Uno y medio contra el públicoâ€. Tres años después protagonizó “La ley del monteâ€, donde también interpretaba la canción principal.
Hasta entonces, el vocalista de mariachi era un hombre fuerte, un macho de pelo en pecho que no mostraba debilidad, mucho menos sobrio. Hoy en dÃa, esa música es asociada con corazones rotos y amores no correspondidos, pero fue Fernández quien en 1976 le presentó al público ese tipo de canciones rancheras. La más icónica de esa nueva etapa de la música mexicana es “Volver, volverâ€, una composición de Fernando Z. Maldonado.
Apenas habÃan pasado 10 años desde que el público mexicano habÃa comenzado a tararear las canciones de Vicente Fernández, pero su nombre ya era sinónimo de rancheras a nivel mundial. El logro no es pequeño desde ningún punto de vista, pero cobra tintes titánicos cuando se considera que él fue el artÃfice de su propia carrera.
Nunca se apoyó en “insiders†de la industria musical o en famosos representantes. De hecho, solo en los últimos años de su vida delegó los aspectos legales a un equipo de abogados. Cuando se dice que fue un hombre que se hizo solo, es una afirmación que se puede tomar casi en su expresión más literal.
Los tres potrillos y una dinastÃa
En 1980 habÃa generado suficiente dinero como para comprarse un terreno de 1,230 acres cerca de Guadalajara. Allà erigió lo que serÃa su fortaleza: el rancho Los 3 Potrillos, centro de su vida personal y profesional. Allà reunÃa a la familia y grababa sus canciones. Allà fue donde convenció a su nieto Alex de que siguiera sus pasos en el mariachi tradicional y le grabó su primer disco. Es una finca activa y es el refugio de los Fernández. Fue además el lugar donde esta leyenda de la música mexicana pasó sus últimos años de vida.
También en los 80 Vicente conoció a la segunda mujer más importante de su vida. Se trata de su hija Alejandra, que era en realidad su sobrina biológica, ya que nació en 1984 de una hermana de su esposa. Los Fernández terminaron adoptándola y los tres potrillos la llaman hermana. Desde entonces, y hasta que comenzaron a nacer los nietos, eran una sólida familia de seis.
El artista también vio en esa década el lado más oscuro de la fama. Comenzaron a salir rumores de relaciones extramaritales, crÃticas por sus actuaciones en actividades polÃticas del Partido Revolucionario Institucional (PRI), en especial durante la campaña presidencial de Carlos Salinas de Gortari, quien gobernó México entre 1988 y 1994.
Aun asÃ, su carrera siguió viento en popa y su leyenda siguió creciendo. En 1991, la prensa estadounidense lo describió como “El Sinatra mexicanoâ€. Canciones como “Aunque me duela el alma†(1995), “Me voy a quitar de en medio†(1998) y “La mentira†(1998) - el tema principal de la telenovela del mismo nombre- se convirtieron en clásicos. Recibió una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood y en el Billboard’s Hall of Fame. En 2002 recibió el honor de ser nombrado “Persona del Año†por la Academia de los Latin Grammy.
Ya para entonces, su hijo Alejandro se habÃa establecido como uno de los grandes cantantes latinoamericanos de su generación. Se hablaba de tensión entre ellos, pues mientras el padre querÃa mantener la música ranchera en su versión más clásica, su potrillo menor la puso a coquetear con el pop y la balada sinfónica, llevándola en el mismo camino, pero un par de pasos más allá de lo que habÃa hecho su padre cuando grabó “Volver, volverâ€.
Pensando en su legado
Vicente mantuvo la voz y la imponente figura casi hasta el final de su vida. Sin embargo, el interior de su cuerpo pareció pasarle factura por los rigores de la vida nómada y nocturna del artista. Sus dolencias fueron muchas y de gravedad, pero fueron las complicaciones de una caÃda en su habitación en Los Tres Potrillos las que le ganaron la batalla final.
Quizá por sus problemas de salud, el artista llevaba décadas pensando en su legado a la música mexicana y a su gente. En 2005, construyó la Arena VFG (Vicente Fernández Gómez), un espacio para espectáculos musicales y deportes con capacidad para 15,000 personas. Situada en el área metropolitana de Guadalajara, el recinto ha sido escenario de conciertos de artistas de la talla de Selena Gómez.
A lo largo de su vida, Fernández fue mucho más que un artista. Entregó decenas de becas, hizo innumerables donaciones, tenÃa y patrocinaba decenas de fundaciones e hizo activismo a favor del Partido Demócrata y los inmigrantes latinos, entre otras cosas. “Es una forma muy pequeña de pagar la deuda que tengo con la genteâ€, explicaba al hablar de su lado filantrópico y polÃtico.
Sin embargo, nada fue más grande que la música. El catálogo de “El Charro de Huentitánâ€, como lo conocen en México, supera los 80 álbumes, entre producciones inéditas en estudio, discos en vivo y recopilaciones. A lo largo de su carrera participó en 34 pelÃculas de cine y hasta en una telenovela, “Amor BravÃo†(2012), al lado de Silvia Navarro y Cristián de la Fuente.
Aunque solo dos de los hijos de Alejandro, Camila y Alex, han seguido los pasos del abuelo como intérpretes, los Fernández están involucrados en las distintas actividades de la familia. Los negocios son muchos, pero también sus descendientes. A Vicente lo lloran su viuda, sus cuatro hijos, sus nietos - cinco de Alejandro, cuatro de Vicente y se desconoce si Gerardo y Alejandra han tenido descendencia- y sus cuatro bisnietos.
En una reciente entrevista que Los Angeles Times tuvo con Alejandro Fernández, “El Potrillo†señaló que asumÃa la responsabilidad de llevar las riendas de la familia apoyando la carrera de sus hijos, como lo hizo desde siempre “Chente†con sus hijos y sus nietos.
En esta actualidad, la guardia ha cambiado de manos en el famoso clan y, al menos en lo que se refiere a la música, la batuta la tiene ahora Alejandro, la versión madura de aquel niño pequeño que conmovió a México al olvidar la letra de la canción que se le habÃa encomendado en su primera presentación al lado de su padre.
Hoy, ese niño del ayer es padre de cinco, abuelo de una bebé recién nacida y patriarca de la familia, mientras lleva las riendas del legado de su padre. Mientras tanto, los seguidores de “Chente†lo mantienen con vida cantando al son de sus grabaciones, pues mientras ellos lo aplaudan, el Ãdolo seguirá presente.
-Tommy Calle y Sergio Burstein contribuyeron en este reporte
El estado de salud de Vicente Fernández es crÃtico, se informó en un parte médico oficial, difundido a través de las redes sociales del cantante jalisciense.
Luego de semanas de mejorÃa, Vicente Fernández dio un paso atrás en su recuperación.
El cantante de música ranchera Vicente Fernández, de 81 años, fue hospitalizado este fin de semana en la ciudad mexicana de Guadalajara para ser sometido a una cirugÃa tras un accidente en el que se lesionó las cervicales, informó su familia a medios de comunicación.
El regreso de Chente a terapia intensiva mantiene en alerta a los familiares
Debido a una infección en las vÃas urinarias y malestar gastrointestinal, Vicente Fernández tuvo que ser hospitalizado.
Luego de varios dÃas de estar inconsciente, Chente se va recuperando, pero se presenta muy débil según los médicos
Familiares, amigos y fans de Vicente Fernández han expresado apoyo y dedicado oraciones para la recuperación de Vicente Fernández, quien lleva cuatro noches internado tras sufrir una fractura de nuca y cuello.
La mala racha sigue para la familia Fernández, pues en esta ocasión, la esposa del “Charro de Huentitánâ€, MarÃa del Refugio Abarca, de 75 años, tuvo que ser hospitalizada e intervenida de emergencia.
Tras dos semanas de hospitalización, la familia de Vicente Fernández, de 81 años, confirmó la enfermedad que padece, el sÃndrome de Guillain-Barré, y aseguraron que su estado de salud sigue mejorando a paso lento.
Se planea ya serie sobre ‘El Charro de Huentitán’
El cantante de música ranchera Vicente Fernández, de 81 años, se mantiene con respiración artificial y en terapia intensiva, aunque se comprobó que no hay daño en sus funciones cerebrales luego de haber sufrido una caÃda en Guadalajara (oeste de México), informó este miércoles su equipo médico.
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